Entre los meses de Abril y Junio de este año, realizamos un estudio sobre el índice de bienestar equino en los centros ecuestres de Cataluña. Para ello consultamos a 38 profesionales del sector y realizamos un trabajo de campo analizando 45 centros ecuestres y con ello, hemos podido definir los indices de bienestar con valores cuantitativos.
Muchas veces nos preguntamos qué es realmente el bienestar del caballo y qué condiciones implica ello. Movidos por el interés, buscamos información o bien preguntamos a profesionales del sector, pero a día de hoy no hay nada definido al respecto y, por eso, escuchamos diversidad de opiniones que se adaptan a la situación de cada uno. Esto, pero, no nos sirve para tener una idea clara de lo que se puede considerar y lo que conlleva el bienestar del equino.
En dicho estudio colaboraron destacados profesionales del sector como Marga Navarro (veterinaria y nutricionista equina), Marc Sánchez (herrador y podólogo equino), Mario Soriano (veterinario y fisioterapeuta equino) y Erik Renobell (veterinario y dentista equino). La investigación tenía dos grandes objetivos: indagar e intentar saber qué significa el bienestar del caballo, así como poder valorar el estado de las hípicas actuales.
En primer lugar, se realizó una encuesta a 38 profesionales equinos, procedentes de distintas especialidades (dentistas, quiroprácticos, veterinarios, podólogos…), para conocer la opinión que tienen estos sobre el bienestar del caballo, teniendo en cuenta la rama científica de la cual proceden. Un 63% de las respuestas recogidas fueron de veterinarios equinos, un 13% de los quiroprácticos/osteópatas, seguido por un 16%, que quedó repartido en igual cuantía entre podólogos y herradores y quedando los dentistas y nutricionistas en un 8% conjuntamente.
Después de analizar los datos obtenidos, podemos decir que los profesionales que frecuentan las hípicas catalanas, opinaron que el estado de los caballos se encuentra en una puntuación de 6 sobre 10. Este estadístico nos indica que no están muy mal, pero tampoco muy bien, es decir, que a nivel general, los equinos se encuentran en un estado no muy favorable, teniendo en cuenta, que el mayor peso de puntuaciones se encuentra del 1 al 6 en un 73,6% de los casos, es decir, que a pesar de que el 6 sea dónde se han registrado más votos, la tendencia es negativa.
Este mismo hecho también se vio reflejado, cuando se les preguntó acerca del bienestar de los equinos a nivel físico y psíquico, donde un 71,1% se posicionaron en igual cuantía del 4 al 6, hecho que refuerza el estadístico anterior comentado. Por otra parte, dada la naturaleza social y gregaria de un caballo, se quiso indagar en cómo ven los especialistas el nivel de socialización de estos en las hípicas. El resultado obtenido no hizo más que corroborar las anteriores preguntas; los profesionales se posicionaron desfavorablemente, sumando un total de 71% del 1 al 5, destacando la puntuación de 4 sobre 10 como la más alta.
Siguiendo con la investigación, un 81% opinó que hace falta un cambio en las hípicas actuales, por lo tanto, la primera conclusión que se pudo sacar es que los centros hípicos, tal y como los conocemos hoy en día, a nivel general, tienen que evolucionar y cambiar para poder darle una mejor vida a los equinos que residen en ellas. Se debería ver al caballo como el animal que es, un ser libre, que en la naturaleza tiene unos comportamientos determinados que lo equilibran psíquica y físicamente, hecho por el cual se le debería proporcionar aquello que se asemeje más a su estado natural, de este modo, conseguiremos tener a un caballo sano y feliz, tanto a nivel psíquico como físico, además de prevenir algunas enfermedades, o ciertos comportamientos que se producen a causa de la estabulación. También, hay que poner en valor el hecho de que, si nuestro caballo está feliz, podremos gozar de una relación mucho más íntima y verdadera con él, consiguiendo de este modo que ambos podamos disfrutar de un mejor tiempo juntos. Se pudieron concretar en qué aspectos deberían mejorar los centros ecuestres:
Finalmente, se llegó a la segunda conclusión del estudio que contestaría a la pregunta: ¿Cuál es y qué conlleva el bienestar del caballo? Para los profesionales del sector ecuestre catalán:
El bienestar de un caballo se resume en lo siguiente:
- El caballo tenga todas sus respectivas curas (vacunas, podología al día).
- Sus necesidades básicas estén cubiertas (agua, comida 24h, contacto con otros caballos).
- Viva en un espacio suficientemente grande para que pueda correr y expresar su carácter.
- Se mueva cada día y que su convivencia sea en manada.
Además, también se especificaron cuáles eran las condiciones óptimas que deberían ofrecer las hípicas para un equino, así como cualquier persona propietaria de uno, en su propia finca, y que se resumen en la siguiente frase:
“Un caballo debe gozar de una alimentación de heno o pasto las 24h del día y vivir en manada en un paddock Paradise.”
Tabla: Requisitos que deberían cumplir las hípicas para el bienestar animal
Una vez se estableció qué era el bienestar del caballo y qué condiciones se tienen que cumplir, pudimos sacar los parámetros clave para poder valorar un centro ecuestre a nivel de bienestar equino. Se realizó un trabajo de campo con una muestra de 45 hípicas dentro del territorio catalán, desde las de más alto standing hasta las más sencillas, para poder obtener unos datos reales y generalizables.
Los resultados obtenidos se pueden resumir en los siguientes:
- A nivel de alimentación, tan solo un 29,8% cumplen con el requisito de los profesionales: heno o pasto 24h.
- Únicamente un 13%, en concreto 6 centros, disponen de paddock Paradise. Aunque se ha observado que hay algunas hípicas que en vez de paddock Paradise, tienen uno similar, el llamado paddock “dinámico”.
- A nivel de convivencia, solo en un 47%, algunos caballos pueden vivir en manada, enfrente de un 40% donde no lo permiten, y únicamente en un 13% todos los caballos conviven en manada.
- Por último, también se quiso valorar el estado de los paddocks, es decir, si estaban integrados o no con la naturaleza, ya que es mucho más beneficioso para un caballo vivir rodeado de ella, que en un paddock árido. El estadístico obtenido fue que un 60% de los centros que disponían de ellos, no estaban integrados con la naturaleza, sino como ya se ha comentado, eran espacios áridos, donde se había destruido la vegetación para construirlos.
- También se observó cómo ya son muchas las hípicas que tienen paddocks, representando un 95%, pero no por el hecho de tenerlos el caballo estará mejor que en una cuadra; sino que hay que tener en cuenta que el tamaño del paddock sea el óptimo. Más de la mitad de los centros tenían paddocks pequeños, es decir, menos de 200m2.
Para terminar, una vez expuestos los resultados de la investigación, se pudo afirmar que actualmente la situación de las hípicas catalanas, no es la óptima para el bienestar de los caballos y destacar, además, que la alimentación de estos animales es bastante insuficiente, y deberíamos tomar conciencia de que la famosa frase “Eres lo que comes” es generalizable a cualquier ser vivo. A todo esto, hay que añadir que, a nivel general, se ha podido comprobar como hay dos grandes grupos de hípicas: las que se preocupan por el bienestar del caballo, centros sencillos; y las de alto nivel, enfocadas a la competición, con buenas instalaciones para el cliente, pero sin seguir una filosofía realmente óptima para la cura y el bienestar del caballo.
Debemos reflexionar y recordar que es y cómo se comporta un caballo salvaje en su hábitat natural y concienciarnos de la necesidad de la remodelación del estado de muchos centros, para poder ofrecer una mejor calidad de vida a nuestros equinos, tal y como ya se ha comentado. De este modo podremos realmente acercarnos a ellos, entenderlos mejor y así podremos convertirnos en personas que merecen entablar lazos con ellos, respetarlos y quererlos, porque tal y como queda demostrado en este fragmento, primero debemos aprender de ellos y ser conscientes de cómo es el caballo.
“Observando a las manadas salvajes, muchos etólogos han podido demostrar a los jinetes que, el caballo puede llegar a ser el perfecto compañero de recreo, pero que es necesario respetar siempre su naturaleza profunda para asegurar su bienestar. Atrás ha quedado la época en la que el caballo solo podía salir de su box, para trabajar junto al jinete o para ser almohazado. Progresivamente, la equitación clásica ha dado paso a la equitación etológica que permite que el caballo pase largas horas en el campo, donde puede interactuar con sus congéneres. Esto resulta en caballos más sanos mental y físicamente, montados por jinetes totalmente satisfechos.” (Brengard, E.: 2014, p.3)