La dermatitis estacional en caballos es una reacción alérgica cutánea a la picadura del mosquito Culicoide, y en ocasiones también por algúnos tipos de mosca. Muchas de estas alergias perjudican a algunos caballos más que a otros dependiendo de la sensibilidad que tengan a las picaduras de insectos.
Normalmente son las hembras del mosquito culicoide las que pican, introduce en el organismo del caballo una proteína extraña y el sistema inmune reacciona liberando mucha histamina causando picor. Son afectados dependiendo de la sensibilidad del caballo a dicha proteína. Ese picor hace que se rasque y se produzca heridas que pueden llegar a ser de gran tamaño pudiéndose infectar la piel.
Puede haber predisposición genética pero se da por igual independientemente del sexo, la capa y la raza del caballo. Puede aparecen en edades tempranas entre los dos y cuatro años y en los siguientes años empeoran debido a que las primeras picaduras no provoca el estímulo del sistema inmune y en las siguientes picaduras el organismo libera más histamina, por eso suelen estar afectados muchos caballos mayores. El picazón que tiene el caballo se denomina prurito (Picor que se siente en una parte del cuerpo y que provoca la necesidad o el deseo de rascarse).
Es estacional porque este mosquito vive en climas suaves y húmedos, por eso las épocas del año en las que el problema es mayor es en primavera, verano y principios del otoño. Suele ser común que muchos caballos afectados tengan síntomas durante la mayor parte del año.
Si observamos que nuestro caballo está inquieto, vemos que se rasca continuamente, aparecen erosiones o pérdida de pelo o alteraciones de la piel en la crin, en la cruz, en la cola, en la cara, en el pecho, en las axilas y en el vientre puede que nuestro caballo tenga dermatitis estacional por la picadura del mosquito Culicoide.
La zona afectada pueden estar inflamadas y calientes al tacto, el pelo aparece revuelto como si se hubiera rascado, pudiendo perder pelo. Algunos pueden perder peso por el estrés que le provoca el picor.
Evitar que se muerda y rasque. Consultar con un veterinario y nos indicara lo que tenemos que hacer, es posible que haga unas pruebas de alergia para ver la causa. Muchas veces no responde a ninguna pomada ni a baños con jabón de azufre.
En las heridas de la piel que se ha hecho al rascarse podemos usar preparados que ayuden a cicatrizar y aliviar los picores para que deje de rascarse. Tenemos que cuidar la piel del caballo al ser esta la que le protege de los rayos del sol y por la que suda para regular su temperatura.
Prevención
Hay que eliminar a estos insectos, para prevenir debemos controlar los insectos conociendo el hábitat del mosquito y evitar que entren en contacto con los animales. Las hembras de los mosquitos ponen los huevos en el barro o en áreas donde el agua está estancada, por eso motivo debemos evitar esas zonas.
Si es posible, ubicaremos a los caballos en terrenos más altos, donde corre el viento y hay menos mosquitos, por eso en verano no es bueno que los caballos vivan en lugares bajos o zonas de ribera donde hay más.
Para prevenir podemos tratar a los caballos con repelentes de insectos a poder ser naturales y aplicarlos sobre todo al atardecer. Podemos usar preparados naturales a base de aceite esencial de geranio, albahaca, citronela, eucalipto, árbol del té, etc., o una mezcla de varias.
Si el caballo vive en cuadras podemos poner mosquiteras en las ventanas para que no entren y ventiladores para ahuyentarlos. Desinfectaremos las cuadras, refugios y tendremos limpias las camas, usamos insecticidas naturales como la tierra de diatomeas que es un insecticida natural inocuo, la podemos aplicar espolvoreando en la cama de los animales. Diluyendo la tierra de diatomeas micronizada en agua añadiendo una cucharada por litro de agua, fumigamos las paredes y cualquier rincón, incluso los utensilios. En el estercolero podemos agregar de vez en cuando con tierra de diatomeas para tener controladas a las moscas que buscan criar allí. Podemos espolvorear al caballo con tierra de diatomeas en las zonas de la crin y alrededor de la cola, procurando que penetre bien en el pelo.
Tendremos los prados lo más limpio posible y si hay muchos mosquitos evitamos tener a los caballos en el prado al atardecer y por la noche. Si atacan mucho podemos usar mantas finas antimosquitos, hay unas mantas con estampado de cebra que repelen de forma efectiva a mosquitos y moscas. En la zona de los ojos es habitual que hayan muchas moscas y mosquitos chupando lo que segrega el ojo, hay caballos que son muy sensibles a esto, así que podemos utilizar mosqueros o máscaras antimoscas en los ojos.
Incluir ajo en la dieta de nuestro caballo puede ser un remedio como repelente de moscas y mosquitos. Al sudar el caballo repele con su olor a estos insectos. Si damos ajo como repelente, daremos poca cantidad, se lo daremos con la antelación suficientes para que lo absorba y pueda sudarlo antes de que aparezcan los mosquitos. El ajo aporta muy poco como suplemento mineral. Se ha comprobado que una dosis alta, alrededor de unos 250 gramos, puede provocar una disminución de los glóbulos rojos pudiendo provocar anemia, por ese motivo tendremos que tener cuidado a la hora de suministrarlo.
Investigadores han demostrados que los ácidos grasos omega 3 pueden reducir el picor, por eso no es malo usar lino o aceite de linaza en su alimentación en pequeñas proporciones.
¿Que podemos hacer para curar la dermatitis estacional y aliviar el dolor?
Los esteroides alivian mucho la irritación de la piel y el picazón, pero a largo plazo aumenta el riesgo de laminitis, así que solo los utilizaremos bajo la prescripción del veterinario. Los antihistamínicos ayudan a aliviar los síntomas, pero es muy costoso porque deben administrarse cantidades altas, también tiene que prescribirlo el veterinario.
Existe champús contra el picor, usaremos los que contengan avena, antihistamínicos o anestésicos locales. También es aconsejable enfriar las zonas afectadas con hielo o agua fría.
Pomada para la dermatitis estacional, remedio natural muy eficaz
Para curar la dermatitis estacional, curar las heridas y rozaduras que se hace el caballo al rascarse podemos utilizar un remedio natural que funciona bien y aprendí de Elina Salcedo.
Haremos una crema o pomada en la que utilizaremos la caléndula, el llantén y aceite esencial del árbol del té. Usaremos grasa o manteca de cerdo, y también podemos incluir cera de abeja.
Las caléndulas tienen propiedades para la dermis, la piel, es calmante, antiinflamatoria, sirve para el acné, para heridas, para quemaduras y para picaduras de insectos.
El llantén con propiedades antisépticas es efectivo para curar heridas y llagas.
El aceite del árbol del té, se usa en muchos problemas de la piel, acné, dermatitis y posee muchas propiedades cicatrizantes, antibiótico, se utiliza en quemaduras, picaduras de insectos y es repelente de insectos.
La grasa o manteca de cerdo se usaba para curar las heridas del ganado, resiste al calor y al agua.
Cómo prepaparar la podada
1ra opción:
Para preparar la pomada: calentamos 500 gramos de grasa o manteca de cerdo en una olla, la mantenemos a una temperatura media; picamos 75 gramos de caléndula fresca, las flores con un poco de tallo y la metemos en la olla; agregamos 75 gramos de llantén fresco, dejamos que se cocine de 3 a 5 minutos removiendo para que no se tueste; apagamos el fuego y tapamos dejando reposar una noche; calentamos y colamos dejando enfriar, añadimos 60 gotas de árbol de té y removemos; envasamos en botes de plástico y guardamos en la nevera, nos durara un año. Usamos la pomada al menor síntoma antes de que se rasque, te buscaran porque sienten mucho alivio.
2da opción:
Si no disponemos de caléndula y llantén fresco y nos urge, podemos sustituir la caléndula y el llantén fresca por seco, que podemos encontrar en un herbolario. Ponemos a calentar en la olla la manteca u otra aceite como puede ser aceite de almendras o aceite virgen de oliva, mezclamos la caléndula seca y el llantén. Una vez filtrada esta aceite, calentamos un poco de cera de abeja y una vez disuelta pero no muy caliente la mezclamos con el aceite de caléndula y llantén y agregamos las gotas de aceite esencial del árbol del té, usamos la cera de abeja para que quede más cremoso como la pomada.
3ra opción:
Otra forma de hacer la pomada es: recogeremos las flores de caléndula con un poco de tallo y las dejaremos secar, una vez deshidratada la colocaremos bien apretada en un bote de cristal y lo llenaremos de aceite (aceite de almendras o de oliva virgen), lo taparemos y lo dejaremos macerar guardándolo en un sitio seco y fresco durante un mes o cuarenta días, así obtendremos el oleato de caléndula. Haremos lo mismo con el llantén. Juntamos los dos oleatos y añadimos 60 gotas de aceite esencial del árbol del té, tal vez menos gotas dependiendo de la cantidad que hayamos obtenido. Para que quede como crema o pomada, calentaremos un poco de cera de abeja y lo unimos todo removiendo.
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