Dentro del mundo ecuestre parece que existen muchas polaridades, y la fusta, es una de esas cuestiones que despierta emociones muy diversas… durante el fin de semana he estado debatiendo conmigo misma el motivo de esta gran polaridad, y las posiciones entre los que, como yo la utilizamos, y los que la consideran una herramienta para someter al caballo e infringirle dolor.
Después de darle varias vueltas al asunto, he llegado a la conclusión que creo que la mayoría de gente que está en contra del uso de la fusta no tienen una buena base ecuestre para tener una opinión informada y de peso. Quizás, se basan en cómo la utilizarían ellos en caso de necesitarla o han visto a alguien que se hace pasar por gente de caballos y que le dan un mal uso.
Mi opinión es que no importa lo que utilices, hay muchas maneras de dañar el espíritu de un caballo, y se puede hacer con fusta o sin ella :(. Estos seres que nos acompañan en un camino que debería ser de crecimiento personal, son tan sensibles que un gesto equivocado en el momento correcto les puede dañar tanto o más que un mal uso de la fusta.
Una fusta, en si misma, no tiene ningún significado para el caballo. Uno coge un caballo y le enseña la fusta, incluso la ladea de un lado hacia otro, y el caballo, seguramente la mirará con curiosidad, pero sin darle más importancia de la que tiene, un simple bastón/barilla moviéndose de un lado a otro. Algunos incluso querrán husmearla. Los caballos que han tenido malas experiencias con la fusta, sin embargo, la temerán. Probablemente debido a algunas lumbreras sin herramientas ni control emocional, que la utiliza para asustarlo, o peor aún, para infringir dolor.
“Aunque se haya abusado de un caballo con la fusta, con un poco de tiempo y conocimiento se le puede reconducir a que llegue a amarla”.
Esta afirmación está basada en años de experiencia en rehabilitar caballos resabiados, y cualquier buen educador compartirá esta afirmación conmigo.
Las fustas son como la vara para la Viola, o un arco para un violín, es con extremada delicadeza que solo pueden crear una buena melodía. Y son necesarias, sobre todo para afinar la comunicación entre jinete y Caballo.
Las fustas son para mí, mi varita mágica. Yo apunto, y junto con mi intención y energía, el Caballo responde… este responde de muchas maneras: o no hace nada, o se mueve para un lado, o mueve una pierna o mueve la otra, o se aleja o se acerca hacia mí. Dependiendo de mi intención y el área donde apunto mi varita los caballos responden.
Como ya sabéis, los caballos naturalmente son expertos en comunicación no verbal y corporal, es por eso por lo que cuando un Caballo por ejemplo mira a un punto particular del cuerpo de otro équido, ese se moverá de una manera u otra… por cierto, si queréis aprender más sobre estos puntos solo tenéis que seguir el trabajo de Sharon Wilson, ella es un crack. O dependiendo del interés de nuestros lectores, si queréis también os podría hacer un artículo yo misma…
Bueno cómo iba diciendo, es en el conocimiento de estos puntos junto al saber emplear tu propia energía e intención cuando logramos comunicarnos con los caballos a través de la fusta. Nunca és a base de golpes, y como he dicho antes, si alguien la utiliza así, ¡¡es que no tiene Ni idea!!
El mundo de las fustas como veréis es muy variado en función del efecto que queráis transmitir a vuestro Caballo y evidentemente de cada individuo. Hay caballos a los que les gustan las fustas flexibles, y para muchos movimientos de flexibilidad con un tempo y ritmo elevados son muy prácticas junto con tu energía e intención … para otros movimientos más rígidos, o para ayudar a empujar al Caballo fuera de nuestro espacio personal, una más rígida y fuerte nos ayudará a canalizar nuestra energía e intención en esa ocasión en particular.
Tal vez los que están tan en contra de la utilización de fustas y juzgan tan severamente a los que las utilizamos no saben controlar sus impulsos de frustración o enojo cuando están con los caballos y temen que todo el mundo sea igual… tal vez estos nunca han estado rodeados de gente de caballos y no han podido apreciar como de sutil es la comunicación entre Caballo y jinete a través de la fusta…
Tanto «pie a tierra» como montados, la fusta es una extensión de mi brazo… a veces la utilizo para reunir al Caballo, cuando por ejemplo le acaricio la grupa o la punta de la cola, otras para la flexión de los corvejones y la rodilla, otras veces para ayudar en su autoestima y que les suba el ego cuando trabajan El Paso o trote elevado o español. Como veis, la fusta, juntamente con nuestro cuerpo, intención y energía nos ayuda a refinar nuestra comunicación con el Caballo, y en consecuencia a tejer un baile de complicidad entre dos cuerpos y mentes totalmente diferentes.
En definitiva, la percepción que tenemos de las cosas en general está directamente vinculada con nuestras experiencias previas, ya sean de manera lógica o significativa, y así seleccionamos, organizamos e interpretamos la información proveniente de estímulos, pensamientos y sentimientos. Y por supuesto, eso pasa, al ver una fusta también.
Una práctica muy saludable tanto en el mundo ecuestre como en la vida, es la de estar revisándonos continuamente. Tanto nuestros comportamientos como nuestras ideas, desde aquí, os invito a todos a hacerlo, tanto los que estamos a favor (hay alguna cosa que podría hacer diferente, y aún ser más minimalista) como los que estáis en contra (¿hay algo interesante en este artículo? ¿Quizás necesitaría indagar más en el tema para poder hacerme una idea del cómo se debe utilizar una fusta, quizás ir a ver trabajar un maestr@?)
Este artículo va dedicado a Carlos, que gracias a sus comentarios me inspiro a escribir este artículo sobre las fustas… Espero que, tengas la oportunidad de ver algún maestr@ y que puedas apreciar lo que significa el uso de la fusta.
Como siempre, happy training 😉