Existen numerosas razones por las cuales nos podemos plantear desherrar a nuestro caballo: daño en la pared del casco, grietas, talones deformados o simplemente querer darle un cambio de vida y soltarlo en libertad con otros caballos. La solución obvia es simplemente desherrarlo y permitirle que ande descalzo, como haría por naturaleza. ¿Pero por dónde empezar? ¿A qué desafios os vais a enfrentar al descalzarlo?
Descalzar a tu caballo no es simplemente desherrarlo, es algo más complejo. Para algunos caballos és relativamente fácil, para otros implicará un período de adaptación más largo. Posiblemente se dolerá en terrenos difíciles y necesitará tiempo para adaptarse. Durante el proceso, las botas pueden proporcionar protección mientras se adapta a la nueva situación.
Los cascos de tu caballo se contraerán, y es probable que sus talones estén sensibles a consecuencia de llevar la herradura durante años. Toda la estructura del casco se ha visto comprometida y debe comenzar a funcionar nuevamente sin protección. Durante los próximos seis meses, los cascos cambiarán su forma. La ranilla podrá realizar mejor sus funciones vitales, que incluyen la estimulación del cojín digital, la circulación sanguínea y la absorción de impactos. Con el tiempo, los tejidos internos comenzarán a reconstruirse y la pared del casco crecerá y se fortalecerá.
Apoya a tu caballo durante la transición
Barefoot – El seguimiento de un podólogo y un correcto aplomado será de gran ayuda durante el proceso.
Dieta – Un caballo necesita forrajear las 24 horas del día, los 7 días de la semana y comer alimentos no procesados. Una dieta de forraje crudo de buena calidad es imprescindible con acceso constante a heno y sales minerales de libre elección.
Movimiento – Pasea a su caballo por un terreno accidentado durante un mínimo de diez minutos cada día y, si es posible, mantenlo en un entorno que imite el entorno natural de un caballo salvaje. Al principio le resultará incómodo y puede que tenga dificultades en terrenos accidentados, pero no lo confines, dale un tiempo para adaptarse.
La mayor parte de los caballos (sin patologías previas) tras un tiempo de adaptación, se acaban adaptando sin problemas, pero si tienes dudas o crees que a tu caballo le cuesta o se queja, pide siempre la supervisión de tu podólogo y veterinario.