En este artículo, reflexionaremos sobre nuestra intención, nuestras ayudas, correcciones y límites. Los necesitamos para comunicarle a nuestro caballo lo que queremos que haga y lo que no.
Cuando montamos, nuestra misión es que el caballo se sienta cómodo trabajando con nosotros. Nuestro objetivo es que se sienta cómodo durante el trabajo y lo haga con gusto, de lo contrario en vez de crear equitación estaremos realizando un abuso.
Para que el caballo se sienta cómodo, necesitamos trabajar una serie de músculos que le permitan llevarnos en equilibrio y sin sobreesfuerzo. Precisamente por eso y porque vamos en su equilibrio, tendremos que muscularlo gradualmente para que, al montarlo, casi ni se dé cuenta de que está llevando un peso extra. Así, durante el tiempo que trabaje, se sentirá fuerte, flexible, confiado y con ganas de colaborar.
¿Qué necesitamos para conseguirlo?
Lo principal es que sus extremidades trabajen de forma correcta, que vayan por debajo de la masa de forma que eleven su dorso y lo redondee dejando que el movimiento fluya hacia el cuello, nuca y boca. El círculo se cerrará cuando ese movimiento llegue a nuestra mano y pase de nuevo por nuestra pierna. Es ahí donde le vamos a indicar al caballo dónde debe poner los pies para mantener toda esa harmonía y muscule lo mejor posible. Esta es la manera de ponerlo en forma, no importa la disciplina que practiquemos ni el nivel que tengamos.
Inconscientemente, esto hará que confíe cada vez más en las ayudas del jinete. El objetivo es que las respete y las acepte de buen agrado porque lo asocia a un bienestar general y no por un monólogo egoísta del jinete que le diría algo parecido a “lo harás siempre porque yo te lo digo y te aguantas”. Se trata de decirle las cosas de una forma más parecida a … “Si pones el pie de esta forma o la cara de esta forma te prometo que luego te sentirás mucho más cómodo”. Y cumplir con nuestra promesa.
La pregunta del día sería: ¿Logramos cumplir con esta promesa? ¿Somos capaces de hacer que se sienta más cómodo después de hacer lo que le pedimos?
¿Nuestro asiento nos lo permite? Esa es la pregunta del artículo de hoy.
Veamos un ejemplo en un momento de cesión: «un caballo de salto que va invertido, incluso parece que va irregular de lo invertido que va, y tal y como va, salta. No hace falta ser un experto para entender que su potencial no podrá brillar yendo así.
Hoy solo voy a hablar de la intención con la que aplico las ayudas, su eficacia y cómo me comunico con él a través del asiento para pedirle algo que pueda cumplir y que efectivamente lo haga sentir más cómodo. El proceso de aprendizage lo iniciaré desde la parada para que sea más fácil introducirlo al paso, luego al trote y al galope. Aquí hoy, veremos sólo el proceso en la parada y en el paso.
Desde la parada:
Desde el paso:
Ten en cuenta que un caballo cuando está como en la foto 11, reacciona muy poco a la pierna y debemos tener un asiento que nos permita actuar con la pierna, pero sin bloquearlo (sin estrujarlo, pero hay que buscar la forma de estimular los abdominales para que el caballo gane conciencia de ellos) y al mismo tiempo mantener el contacto con la intensidad necesaria, aumentar ese contacto o ceder justo cuando la actitud del caballo lo requiera.
En la Foto 19, mi postura no es bonita porque estoy actuando con la pierna, ayudas externas bien utilizadas podrían evitarme toda la torsión de la pantorrilla, aunque lo que tengo que hacer es estimular el músculo con una especie de masaje y no todas las ayudas externas permiten este tipo de “masaje”.
Por lo tanto, tengo que utilizar todos los recursos que tengo para estimular esa musculatura que és la que permitirá que el caballo adelante el pie y obtener una respuesta que mantenga al caballo en movimiento y no lo rompa más de lo que ya está. No es bonita, pero es eficaz para la situación porque al mismo tiempo logro gestionar mi mano, mis hombros y mi cadera, y así no dejo que mi asiento interfiera en la concentración del caballo, pendiente de lo que le estoy pidiendo:
En las Foto 17, vemos que al tener los abdominales más relajados, el pie ya pasa mejor hacia delante y en consecuencia también puede relajar un poco el dorso, no es mucho, pero está mejorando.
En la Foto 18 vemos que aprovecho la relajación de los abdominales para ponerlos a trabajar en el buen sentido: le pido que ponga ese pie debajo de la masa.
Con los abdominales disponibles, la pierna puede tomar su función habitual, la mano pasa también a cumplir con su función habitual, el caballo va mucho más cómodo y todo se vuelve mucho más sutil.
¡Promesa cumplida! El problema llega cuando queremos obtener estos resultados sin trabajar nuestro asiento y en la independencia de nuestras ayudas. Es más, a veces queremos aumentar la dificultad de lo que pedimos y aún no tenemos este trabajo hecho. Y muchas veces, nuestro asiento todavía no acompaña adecuadamente para conseguir este tipo de trabajo.
¿No se le llama a esto empezar la casa por el tejado?
Todos los caballos: de salto, de paseo, de doma clásica, vaquera, completo o raid, deben tener una base muscular. Si no la tienen, no aguantarán los entrenamientos, las lesiones serán casi constantes y muchas de ellas son perfectamente evitables. Este tipo de trabajo, junto con un buen fisio, hace milagros en el rendimiento de cualquier caballo.
Aunque aquí no hemos hablado directamente de la intención y de la no intención, creo que la conclusión que sacamos es que, con un asiento preparado para trabajar, nuestras ayudas serán intencionadas y podremos cumplir las promesas a nuestros caballos cuando les pedimos que hagan algo a cambio de trabajar más cómodos. Con un asiento descontrolado, mucho de lo que hagamos será con intención, pero sin querer. Y eso….nos hará faltar a nuestra palabra con nuestro mejor amigo cuadrúpedo…
En breve empezaremos con dos directos al mes en Equierrores, por un valor simbólico al mes, en ellos discutiremos estos temas, sobre todo los relacionados con nuestro asiento y el trabajo de los caballos, comentaremos vídeos en directo de los participantes que así lo deseen, responderé a preguntas y dudas que surjan y un montón de cosas más… Síguenos en Instagram para estar enterado de las novedades.
Mientras tanto, sigue atento a la revista Equisens que en el próximo artículo hablaremos sobre la comunicación a la cuerda, nuestro lenguaje corporal, nuestra actitud y la actitud del caballo según nuestro lenguaje corporal.
Por si no has visto este vídeo en nuestro canal, te dejamos aquí el enlace. En él verás lo que hemos tratado en este artículo: