«Si lo puedes soñar, se hará realidad», es la insignia de la hermana Mary-Joy, la inspiración del Pony Wormwood Scrubs Centre en Londres, que da servicio a niños con discapacidad y necesidades especiales.
Hay en el mundo una monja cuya primera tarea tras despertarse cada mañana es la de limpiar los establos. Todos los días del año sin excepción, excepto Navidad. Mary Joy nació en los años 50, en Inglaterra. Sufría dislexia, lo que le puso complicada la vida académica, pero que la llevó a desarrollar una forma diferente de aprender «a través de los caballos», trabajando en la granja familiar, donde aprendió a comunicarse con más fluidez con los caballos con un método que pronto exportaría a muchos otros niños con discapacidades similares.
En los 80, cada vez más niños con necesidades educativas especiales acudían a su granja, donde les enseñaba a montar y cuidar de los caballos. Algunos niños tenían condiciones sociales y familiares muy complicadas. Éstos jóvenes descubrían así un mundo completamente nuevo a través de una forma única de relacionarse con los caballos. A través de los caballos y ponys, Mary Joy ofreció a estos chicos una oportunidad.
Una vez se ordenó como religiosa, comenzó a recibir encargos de escuelas para, con sus tres ponies, implementar actividades de hipoterapia.
Encontró un terreno abandonado y gracias a las donaciones logró construir un centro hípico con algún edificio, establos, luz…
Y hoy, 30 años despues, el Wormwood Scrubs Pony Centre continúa desarrollando con éxito su función, en su versión más extendida ya que podemos encontrar caballos, ponis, burros, perros, gatos, y algunos trabajadores y voluntarios; ahora dispone también de pista cubierta para el lluvioso invierno inglés.
El centro es ahora muy reconocido para estudiantes con necesidades educativas especiales, y también para adultos jóvenes con enfermedades mentales o dificultades de aprendizaje, e incluso para adultos maduros con déficits cognitivos y discapacidades físicas: todos se benefician del contacto con los animales que viven en el Centro, muchos de ellos también rescatados.
Fuente: Vaticannews