El transporte equilibrado y la carga de los caballos para que viajen mirando hacia atrás respeta las necesidades de seguridad de los caballos y puede ayudar a reducir el estrés. En este artículo, la Dra. Sharon Cregier, dos veces galardonada con el premio de bienestar animal de la Asociación Internacional de Transporte de Animales (ATA), explica por qué se acerca más a los estándares de bienestar animal y aumenta la seguridad vial.
El transporte por carretera es para muchos propietarios, pero sobre todo para muchos caballos, su más angustiosa experiencia. Teniendo en cuenta que el caballo es el ganado que se transporta con más frecuencia, eso suma muchas experiencias angustiosas en la vida de los caballos. Sería comparable a lo que sentiríamos nosotros caminando sobre una cuerda floja sobre las Cataratas del Niágara, sin red y sin barra de equilibrio. Se puede hacer, pero no es fácil ni seguro.
La «barra de equilibrio» de un caballo es el cuello y el cabestrillo torácico suspendido de los omóplatos. Estos ayudan al caballo a mantener 60% o más de su peso en sus cuartos delanteros.
Pero cuando los caballos se transportan mirando en la dirección de la marcha, su barra de equilibrio se ve comprometida. La aceleración les obliga a echar su peso sobre los cuartos traseros, abriendo las patas traseras para tratar de ampliar su base de sustentación. La desaceleración o frenado lanza al caballo hacia adelante. Este movimiento de basculación hacia adelante y hacia atrás compromete la estabilidad y seguridad del vehículo tractor (el coche). A medida que la carga viva se desplaza, el peso sobre la bola del remolque puede modificarse y afectar a la dirección y al frenado.
El alto centro de gravedad del caballo hace que la estabilidad del remolque sea vulnerable a un viento lateral de un camión, un bache, una curva o rotonda, o una desaceleración abrupta. El resultado de accidentes durante el transporte de caballos produce tantas lesiones y muertes como el transporte de caballos de matadero. Una encuesta de American Horse Shows encontró que las lesiones derivadas del transporte (cuando son detectadas) eran una de las consultas veterinarias ecuestres más frecuentes.
Menos visibles son los efectos del transporte sobre la mente del caballo. Al caballo le asustan espacios cerrados. Los gases de escape del coche, el polvo, el amoníaco, el óxido nítrico y el monóxido de carbono penetran en el remolque. Incapaz de bajar la cabeza, el caballo corre el riesgo de tener problemas respiratorios al inhalarlos. La frecuencia cardíaca aumenta durante el transporte a medida que el caballo lucha por mantener el equilibrio y se agota.
El transporte está asociado con cólicos, deshidratación, fiebre, pérdida de peso, laminitis, tétanos por cortes, etc. Se ha identificado que el cortisol plasmático y las enzimas asociadas con el esfuerzo muscular y la reactivación de la salmonella afectan con mayor frecuencia a caballos que son frecuentemente transportados.
Los caballos muestran su est´rés a través de la diarrea, sudoración y patadas. Y a largo plazo, el sistema inmunitario puede verse comprometido también.
La Comisión Europea sobre el Bienestar de los Animales Durante el Transporte concluyó que las prácticas actuales son perjudiciales para el bienestar de los caballos y la seguridad humana. Las prácticas de carga y descarga tienden a basarse en coacción, fuerza bruta y agresión. Y además, por si le faltaba algo al pobre animal, durante el transporte no puede lograr una posición natural relajada.
Los estudios de los Estudiantes de Veterinaria de la Universidad de Massey en Nueva Zelanda demostraron que un caballo mantiene una posición de descanso natural cuando está de espaldas a la dirección del viaje.
Los caballos a los que se les transportó mirando en contra del sentido de la marcha en un remolque adaptado para ello, tenían frecuencias cardíacas más bajas que los caballos a los que se les pidió que se subieran al remolque estándar de frente.
Las marcas de una capa de serrín depositada en el suelo de los remolques durante el transporte indicaron que los caballos rara vez se movían durante el transporte.
Lo único que necesita el caballo para subir adecuadamente a un remolque, es un poco de paciencia y una buena introducción a la nueva situación, siempre que no haya traumas previos.
Muchos caballos se cargan sin una preparación previa adecuada, lo que, de haberse hecho bien desde el principio, ahorraría tiempo durante una evacuaciones de emergencia para ir al hospital.
Algunos fabricantes de remolques aún no han aceptado la necesidad de que el caballo tenga suficiente espacio para inclinarse hacia adelante y estirar el cuello y la cabeza hasta el suelo. Aunque el fabricante puede describir su producto como «sentido contrario a la marcha», no tiene todas las características que aumentan la seguridad y la comodidad de los caballos y las personas. Para cargar, el guía debe meterse a un área confinada que es el remolque, con el caballo, lo que siempre es una situación peligrosa. Las anillas de amarre de los caballos pueden estar ubicadas delante del caballo en lugar de al lado o detrás de la cruz. Así no hay resistencia si el caballo da un paso adelante o trata de empujar barra delantera. Algunos fabricantes insisten en una barra trasera, aunque esto ya no es necesario y presenta un peligro adicional.
Algunos fabricantes están eliminando la barra delantera en el remolque que mira hacia atrás reemplazándola con una cinta suave, fuerte y flexible para aumentar la sensación de libertad de movimiento para los caballos que se echan hacia adelante.
A medida que los jinetes amplían su comprensión de las necesidades de un caballo en el transporte, los fabricantes de remolques que satisfacen estas necesidades aumentan sus ventas.
Un transporte adaptado a transportar al caballo mirando hacia atrás que respete la seguridad, ayudará al caballo a viajar más cómodo y relajado. Esta forma de transportarlos se acerca más a cumplir con los estándares de bienestar animal y aumenta la seguridad vial.
Fuente: Horse&People