Es el día del concurso, y tu caballo se está portando terriblemente. ¿Es culpable la ansiedad? ¿Sienten ansiedad los caballos? En este artículo vemos algunas ideas para ayudar a calmar a nuestro caballo.
El comienzo de un concurso suele ser un momento de caos. Incluso el caballo más dócil puede sentirse abrumado por la ansiedad y olvidarse temporalmente de lo que tiene que hacer. Con varios caballos en una arena desconocida, además de sus cuidadores (en su mayoría emocionados y un poco ansiosos), la energía que inunda el lugar puede ser frenética. Entonces, ¿qué puedo hacer yo para ayudar a aliviar la ansiedad de mi compañero equino?
Identificar la causa y actuar
El temperamento juega un papel importante en el nivel de ansiedad de un caballo. Algunos caballos son más histéricos que otros y se preocupan más. Como animales de presa, los caballos pueden ser estoicos (escondiendo instintivamente su estrés y dolor), mientras que otros llevan sus emociones a flor de piel. Es importante identificar la fuente de la ansiedad de un caballo, porque nos dará información sobre la estrategia a seguir para manejarla.
La investigación sobre la prevalencia de las úlceras gástricas en los caballos ha revelado cuánto estrés y ansiedad existe en los caballos de todas las edades. Las fuentes comunes de ansiedad incluyen dolor oculto, ansiedad por separación, entornos desconocidos, aislamiento, confusión (cuando el caballo no entiende lo que se le pide) o todo lo anterior.
Si he aprendido una cosa, es que el dolor es, en la mayoría de los casos, la causa raíz de muchos problemas que pueden enmascararse fácilmente como problemas de entrenamiento. Cuando hablamos de aliviar la ansiedad equina, debemos eliminar los factores estresantes donde podamos y siempre descartar primero los problemas físicos.
Un caballo que muestra signos evidentes de ansiedad y se porta mal es un caballo muy infeliz. La intervención ayudará a enseñarle al caballo cómo lidiar con su ansiedad y puede recordarle lo bien que se siente relajarse y buscar la calma.
Dominar el caos interior
Trate la emotividad del caballo como un asunto de salud mental, no como un problema de entrenamiento. Criticar, corregir o aplicar más presión a un caballo ansioso generalmente exacerba su ansiedad. Antes de que pueda darse cualquier entrenamiento o éxito significativo, el caballo debe volver a un estado mental tranquilo y reflexivo.
Poner al caballo en una postura relajada, indicarle que respire y tranquilizarlo le enseña a dejar de lado su miedo y lo ayuda a controlar sus emociones. El caballo ansioso se siente miserable, por lo que una vez que se lo convence para que se relaje, recordará lo bien que se siente estar en ese estado.
Con la práctica, el caballo aprende señales de calma y pronto comienza a buscar esa sensación de relajación y seguridad. Incluso para el caballo más voluble y nervioso, esto puede convertirse en un reflejo en unas pocas sesiones de entrenamiento, y aprenderá a ir a su «lugar feliz» sin indicaciones del guía.
Llegar a las manos
El estado emocional de un caballo está estrechamente ligado a su postura. El nivel de la cabeza del caballo es como una aguja en un manómetro. En otras palabras, un caballo con la cabeza erguida, el lomo arqueado y rígido está preparado para la lucha o la huida. Si tiene la nariz pegada al suelo, la espalda redondeada y la cola relajada, está totalmente tranquilo y dócil. Cualquier cambio en la elevación entre esos dos extremos indica que el caballo se está tensando o relajando. Cuando le enseño a un caballo a relajarse, mi primer objetivo siempre es lograr que adopte una postura relajada con el morro hacia el suelo. Al usar una ligera presión de la cabezada en la nuca y luego soltarlo inmediatamente cuando la cabeza comienza a bajar, el caballo aprenderá rápidamente una señal para bajar la cabeza. Luego le indico que respire hondo haciéndolo yo misma. Los caballos imitarán la postura y la respiración de los demás. Exagero mi lenguaje corporal y mi respiración para exudar calma (hombros redondeados, energía baja, ojos desviados, suspiros profundos). Acariciaré y calmaré al caballo mientras se acomoda, elogiándolo y asegurándome de que se sienta seguro. Todo lo que le pido al caballo que haga es fácil y se siente bien, por lo que el caballo responde rápidamente. Recuerda: ¡ningún caballo quiere sentirse ansioso!
Compromiso y conexión
Una vez que el caballo ha vuelto a un estado de calma, es hora de ocupar su mente. Dale señales simples, espera a la respuesta apropiada y luego suéltalo y halágalo. Esto aumenta la confianza del caballo, alivia su ansiedad y le recuerda lo bien que se siente ser halagado. Al igual que los humanos, cuando halagas a un caballo por un trabajo bien hecho, querrá más halagos.
Para involucrar la mente del caballo y que vuelva a concentrarse en mí, le daré las órdenes más fáciles que estoy segura de que el caballo conoce: ven, para, gira a la derecha, gira a la izquierda, reduce la velocidad, acelera. Todo lo que quiero es que el caballo se involucre conmigo, que escuche, piense y responda como está entrenado para hacerlo. Esto casi siempre tiene un efecto calmante en el caballo, ya que comienza a pensar y se siente cómodo haciendo lo que sabe hacer.
Cuando tu caballo está ansioso, no es el momento de pedirle cosas difíciles o enseñarle algo nuevo. Es el momento de recordarle al caballo lo que ya sabe hacer. Y lo más importante, quiero usar este tiempo para restablecer mi conexión con el caballo.
Con las técnicas correctas empleadas, los caballos ansiosos pueden dar la vuelta rápida y dramáticamente, ¡y rendir al máximo!
Fuente: Equine Wellness