Mi nombre es Claudia Sanchez-Girón López y, durante el mes de septiembre, he realizado un análisis sobre hábitos de consumo en educación equina.
El estudio está basado en una encuesta con 16 preguntas cuyo objetivo era conocer principalmente:
- La experiencia de los encuestados en el mundo de la hípica.
- Las condiciones de vida de su caballo.
- La finalidad y las preocupaciones que suponen ser tutor de un equino.
- Los hábitos de consumo de servicios de educación equina.
Durante el mes que estuvo activa la encuesta, respondieron 343 personas con diferentes perfiles y disciplinas deportivas, lo que ha resultado muy enriquecedor a la hora de analizar los resultados.
La importancia de realizar un estudio sobre educación equina
Llevo en el mundo del caballo desde los seis años, es decir, 23 años. Hasta hace cinco años apenas conocía lo que era la etología y la educación equina. Me resulta tremendamente curioso haber tardado 18 años en descubrir esta faceta tan bonita y enriquecedora que ayuda a vincularte con tu caballo y a entenderos mutuamente.
Eso es lo que siempre quise y el motivo por el que entré en una hípica y me subí a un caballo: porque quería quererlos, pasar tiempo con ellos y quererlos bien. Sin embargo, y como nos ha pasado a muchos, las escuelas de equitación eran por entonces la única opción que conocía para relacionarme con ese animal que tanto me gustaba pero solo te enseñan a relacionarte a nivel deportivo cuando el abanico de posibilidades es mucho más amplio.
En el pasado he necesitado los servicios de un educador y, como no sabía que existía esa figura y no sabía que tenía esa necesidad, no recurrí a ella en el momento adecuado.
Cuando tenía 19 años mi madre me compró una yegua de cinco años, preciosa, negra. Pero estaba sin desbravar, y ahí comenzaron las complicaciones. En ese momento en el que tuve tantos problemas, un educador equino me hubiese ayudado mucho a hacer de una experiencia desagradable una mucho más feliz.
La figura del educador equino
Resulta sorprendente que, con los perros se conozca y se recurra con frecuencia a la figura del educador canino y, sin embargo, no se haga lo mismo con los caballos. Al igual que queremos que nuestro perro nos comprenda y tengamos una relación segura y con una comunicación fluída, ¿por qué no hacerlo con los caballos haciendo uso de la educación equina?
Comunicarnos y conocer lo que el caballo nos está trasmitiendo nos da una información muy valiosa y que nos permite tomar mejores decisiones y más seguras tanto para nosotros como para él. Si no somos capaces de entender a nuestro caballo cuando nos está comunicando algo, acabará gritándonos lo que quiere o no quiere y eso nos puede poner en peligro a los dos.
Conclusiones del estudio
Del análisis realizado al final se sustraen varias conclusiones entre las que destacarían:
- En primer lugar, se distinguen dos perfiles claros a la hora de relacionarse con los caballos: los que tienen como finalidad desarrollar una actividad deportiva y los que la monta solo es una manera más de relacionarse con ellos.
- Aunque los objetivos y la finalidad de tener un caballo sean distintos, todos nos relacionamos con estos porque nos aportan y nos suman, es decir, queremos disfrutar con ellos o de ellos.
- Además, nos preocupamos por lo mismo, la mayoría de los encuestados resaltó que le preocupa la salud y el bienestar de su caballo
- La mayoría de los encuestados llevan más de diez años entre caballos, es decir, que nuestra relación con este animal no es un mero capricho, es importante en nuestras vidas y nos acompañan a lo largo de las mismas.
- Los servicios de educación equina son una novedad para la mayoría de las personas encuestadas y, a día de hoy, no han podido disfrutar de los beneficios que supone guiarse por un educador equino.
Las conclusiones se podrían resumir en que: en el mundo del caballo, nos unen muchas más cosas que las que nos separan. Podremos realizar prácticas deportivas o tener nuestro caballo suelto en el campo para leer un libro y admirarlo, pero lo que queremos finalmente, es ser partícipes de su grandeza y generar una sinergia con ellos que nos haga mejores a ambos.
Con esto en mente, parece muy probable que en el futuro, los tutores de caballos, al igual que los de perros, cada vez más cuenten con su experto en educación equina de cabecera para que la relación con su caballo sea cada vez mejor.