Llenar nuestro cobertizo de almacenamiento con heno de buena calidad cuando es abundante (y menos costoso) es como poner dinero en el banco. Aquí te mostramos cómo asegurarse de que tu reserva de heno se mantiene a salvo del deterioro.
La forma en que abasteces tu pajar o cobertizo puede ahorrarte dinero al prevenir la pérdida de heno causada por el moho y las alimañas. El heno de calidad que se deja expuesto a los elementos y a los animales que anidan rápidamente se echa a perder y no se puede utilizar.
A continuación te indicamos cómo asegurarte de que el tuyo se mantenga en óptimas condiciones durante el almacenamiento:
Un adecuado espacio de almacenamiento en un granero lleno de fardos de heno.
La forma en que se almacena el heno puede tener un impacto significativo en su calidad. Impermeabiliza adecuadamente el tejado. Antes de traer heno nuevo, revisa el suelo en busca de manchas oscuras, lo que indica fugas de agua directamente encima de ellas. Si apilas heno en esos lugares, se enmohecerá con cada lluvia. Haz reparar o reemplazar el material del techo con goteras.
Atrapa la condensación.
Si tu pajar o cobertizo tiene tendencia a «sudar» ya que los cambios diarios de temperatura causan condensación interior, pega una capa delgada de plástico en la parte inferior de las vigas para atrapar la humedad que de otro modo caería sobre las balas.
Zona a prueba de animales.
Tapa los agujeros de ratas y ratones con lana de acero o malla de alambre para ratas. Da la bienvenida a culebras o víboras si alguna se muda porque mantendrá a raya a la población de roedores mejor que cualquier gato. Pero si has visto evidencia de que animales salvajes más grandes, se mudan allí durante los meses de invierno, cubre las aberturas suaves debajo de los aleros con malla de alambre y manten las ventanas y puertas cerradas.
Deja el suelo un poco sucio.
Si se dejan en el suelo uno o dos centímetros de “finos”, que consisten en hojas de heno y otras partículas pequeñas, estimulan la circulación de aire debajo de las balas, inhibiendo así el crecimiento de moho. Apilar heno en paletas es bueno para la circulación, pero el espacio debajo crea un hábitat perfecto para los roedores.
Lleva los fardos más viejos al frente.
Si te se esfuerzas por reorganizar todo el heno sobrante antes de agregar cada nuevo envío, terminarás alimentando primero con heno nuevo y dejando que el viejo se haga aún más viejo y con menos nutrientes. Trae los fardos viejos hacia el frente o hacia un lado antes de apilarlos con heno nuevo y autilízalos primero antes de comenzar con el suministro más fresco.
Apilar fardos para su circulación.
Coloca los fardos de lado de modo que la superficie más desigual y “sin hilos” descanse sobre el suelo o los fardos subyacentes para estimular la circulación del aire por toda la pila. Deja un poco de espacio entre los fardos en cada fila y alterna la orientación de las capas sucesivas para que queden en ángulo recto con las capas superiores e inferiores. Este patrón “une” la pila y al mismo tiempo evita que las balas se amontonen demasiado juntas.
Fuente: Equus Magazine