¿Te consideras un jinete o una amazona con mentalidad de crecimiento?, ¿sabes qué características tienen los deportistas o los entrenadores con este tipo de mentalidad?, ¿sabes en qué se diferencia de la mentalidad fija?, y aún más importante, ¿sabes cómo puedes desarrollar y fortalecer tu mentalidad de crecimiento? Encuentra la respuesta a estas preguntas en este artículo.
Ambas mentalidades coexisten en todas las personas, pero presentan una serie de patrones o características particulares en cada individuo. Además, la misma persona puede mostrar una u otra mentalidad al afrontar diferentes aspectos de su vida, si bien una suele tener mayor preponderancia que la otra. En ciertas etapas o circunstancias, la mentalidad fija permite al individuo definirse y establecer quién es, a qué grupo pertenece. Sin embargo, quedarse en esta mentalidad no permite ir más allá de esas coordenadas en las que nos sentimos seguros; quedamos estancados en un punto fijo a nivel personal, profesional o deportivo. Por su parte, la mentalidad de crecimiento no consiste en pensamientos mágicos y eslóganes como «querer es poder» o «nada es imposible», sino que parte de la base de que existen límites y, por tanto, no todo es posible; pero, dentro de los términos que marca la realidad, esta mentalidad impulsa a cada jinete, amazona o entrenador a explorar su potencial y a crecer hasta alcanzar sus mayores cotas de éxito.
La mentalidad de crecimiento consiste en interpretar las limitaciones que posee una persona como un elemento que puede ser transformado y mejorado mediante el aprendizaje y la práctica deliberada; las habilidades que no se dominan todavía pueden ser desarrolladas por medio del trabajo diario y el esfuerzo inteligente para conseguir dominarlas en el futuro. Las personas con este tipo de mentalidad interpretan el error como un aspecto normal del proceso de aprendizaje, aunque pueda ser una experiencia incómoda, dolorosa o difícil de superar. Cada error es interpretado como una oportunidad para adquirir un nuevo aprendizaje; cada fallo será subsanado mediante el desarrollo y la evolución de las capacidades cognitivas, emocionales o motrices, gracias al esfuerzo, la dedicación y la práctica deliberada. Las personas con mentalidad de crecimiento afrontan los desafíos deportivos como oportunidades para crecer y mejorar. A pesar de las incomodidades o dificultades que deban afrontar, estas personas tienen una actitud proactiva hacia los retos; se sienten confiadas y optimistas ante ellos. Los entrenadores y deportistas con mentalidad de crecimiento llevan su atención hacia las oportunidades de aprendizaje y desarrollo que se hallan a su alrededor; rara vez dejan pasar una oportunidad de aprender o superarse, a pesar de saber que cometerán errores y que, incluso, puede que fracasen en su objetivo. Ante la adversidad, estas personas se caracterizan por su capacidad para afrontar los problemas y los momentos de fracaso; emprenden decididamente acciones para superar la situación que están viviendo y no se aletargan esperando que alguien los saque de esa tesitura, tampoco aguardan que su talento y sus capacidades vuelvan por ciencia infusa o designio divino. En conclusión: para los jinetes con mentalidad de crecimiento, el éxito radica en el progreso continuo y la mejora constante que surgen del esfuerzo y la dedicación.
Por su parte, la mentalidad fija consiste en interpretar las habilidades y capacidades como condiciones o características limitadas que se tienen o no, y que, además, es necesario demostrar. Quien transita por el deporte ecuestre con mentalidad fija interpreta el esfuerzo como algo negativo, ya que representa la constatación de que no se dispone de un gran talento o unas notorias habilidades. Uno de los grandes problemas de los deportistas con mentalidad fija es que atribuyen el éxito a la posesión de un elevado talento o unas notorias capacidades que deben demostrar públicamente. Ahora bien, cuando ese talento es insuficiente para ganar y sus habilidades no les permiten ser mejor que los demás, estos deportistas se sienten perdidos y frustrados. Si la victoria es lo que los define, pierden su apreciada identidad cuando no hallan el triunfo y asumen el error como algo que los describe o señala como fracasados; fallar es la irrefutable prueba de su incompetencia e incapacidad para la práctica ecuestre. Por ello, los jinetes con mentalidad fija dejan pasar las oportunidades por miedo a fallar y ser etiquetados como fracasados. Si no se sienten totalmente seguros y capaces de solventar con éxito el reto que se les presenta, declinarán hacer uso de su conocimiento o sus habilidades por miedo a errar. Cuando los deportistas o los entrenadores tienen mentalidad fija, su atención se centra en las limitaciones o carencias que encuentran a su alrededor. Asimismo, desarrollan fácilmente enfoques pesimistas o derrotistas ante los obstáculos y los desafíos.
Mediante un trabajo diario y sostenido en el tiempo, se puede ir desarrollando mayor mentalidad de crecimiento, tanto en el plano ecuestre como en el resto de los ámbitos de la vida. Además, la mentalidad de crecimiento suele funcionar como un sistema de vasos comunicantes; al aumentar esta mentalidad en un ámbito de tu vida, habitualmente se produce cierta trasferencia hacia otros planos de tu persona. A continuación, tienes una serie de acciones que puedes comenzar a implementar hoy mismo para potenciar tu mentalidad de crecimiento.
– Debes cambiar tu opinión o perspectiva sobre el error; asume que fallar forma parte del proceso de aprendizaje. Comienza a restar importancia a los fallos y reduce la carga emocional de los errores.
– Entiende que el cambio es posible; el conocimiento que no posees todavía será adquirido por medio del estudio, las técnicas que hoy en día te cuesta ejecutar serán controladas con maestría en el futuro gracias a la práctica deliberada, y las habilidades que aún no controlas serán dominadas si entrenas con el método adecuado y la actitud correcta.
– No desaproveches las oportunidades de aprender y evolucionar, sé como una esponja y absorbe todo el conocimiento que hay a tu alrededor. Después, filtra todo lo que estás aprendiendo y quédate con lo que mejor te funcione.
– Ten siempre metas u objetivos; no te conformes con quien ya eres ni con lo que has logrado hasta hoy. Márcate una nueva meta que te permita crecer en el plano deportivo, profesional o personal.
– Busca un entorno propicio para tu crecimiento y rodéate de personas que te inspiren, te ayuden y te impulsen hacia tus objetivos. Ten una actitud abierta a la hora de conocer nuevas personas; nunca sabemos si la persona que acabamos de conocer puede llegar a convertirse en el catalizador de nuestra carrera deportiva o profesional.
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