En los artículos anteriores expliqué ejercicios para conseguir que el caballo logre estirar toda su línea superior, y para ello es muy importante relajar cabeza, cuello y espaldas. A continuación, explicaré otros ejercicios también dirigidos a desbloquear la nuca y la articulación temporomandibular.
Es necesario recordar la importancia de nuestra postura y conciencia corporal para hacer más efectivo el trabajo pie a tierra: mantener la pelvis neutra, la respiración diafragmática y siempre invitar al caballo a hacer los ejercicios, no imponérselos, con una intención clara de lo que buscamos.
El objetivo es cambiar hábitos posturales del caballo para obtener más libertad de movimiento. Normalmente nos centramos mucho en el trabajo de los músculos del dorso y posteriores, lo que puede derivar en rigidez, buscando siempre movimientos muy amplios, trabajando más los músculos de locomoción, olvidando el entrenamiento de los músculos más internos, los músculos que hacen cambiar los esquemas posturales.
Con los ejercicios de pie a tierra de equitación conectada se busca cambiar los patrones de tensión y rigidez. Cada uno de ellos tiene un objetivo concreto, para facilitar el aprendizaje del caballo. Por eso, al hacerlos, estaremos muy atentos a las señales de los caballos sobre si lo aceptan, y en caso de que nos muestren incomodidad, les daremos tiempo y sólo les ofreceremos realizar los movimientos.
Recalcar la importancia de hacer los ejercicios siempre en los dos lados del caballo, empezar cuando esté parado y si lo acepta bien, también pueden hacerse al paso.
1) DESCANSAR LA BARBILLA
Alivia la tensión de la nuca y de la zona superior del cuello. También ayuda a reeducar caballos que tienen la tendencia a la hora de montar de posicionar su cabeza por detrás de la vertical, animándoles a abrir su garganta y a estirarse buscando el contacto.
Nos situamos en el lado izquierdo del caballo, mirando hacia delante. De forma suave, colocamos la mano derecha debajo de la ranura de la barbilla del caballo y “encontrar” el peso de su cabeza. Sostener la cuerda con la mano izquierda con un contacto suave cerca de la cabeza. Aguantar el peso de la cabeza en nuestra mano derecha de 10 a 90 segundos, dependiendo de la aceptación del caballo, incluso durante más tiempo si el caballo muestra signos de relajación como cerrar sus ojos o si notamos que le gusta dejar el peso de su cabeza en nuestra mano. Prestar atención a que sólo soportamos el peso, pero no levantamos la cabeza, porque invertiríamos el cuello del caballo.
Lentamente quitamos el peso de la cabeza del caballo de nuestra mano. Dejamos procesar al caballo antes de repetir el ejercicio de 2 a 4 veces.
Recordar la importancia de observar al caballo: ¿Sacude la cabeza? ¿Es su cabeza ligera o pesada? Después de varias repeticiones ¿Cambia su actitud? ¿Estira el caballo la cabeza y el cuello hacia abajo cuando dejamos de soportar su cabeza?
Si un caballo tiene mucha tensión en su cuello y nuca, puede que al principio no acepte el contacto debajo de la barbilla –se vaya hacia detrás- o que no deje realmente el peso en nuestra mano, sacuda la cabeza, mejor dejar de hacerlo y caminar un poco, volver a intentarlo o mejor probar otro día.
2) RELAJACIÓN ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR
Ayuda a relajar la articulación temporomandibular. Sin querer, tanto en el manejo como en la monta, podemos crear tensión en la mandíbula del caballo, que provoca tensión a través de la musculatura mandibular, creando rigidez en esta articulación. Y esto a su vez puede provocar tensión y rigidez en la musculatura del cuello. Así, si en esta zona hay mucha tensión, se afectará a la cadena muscular que va hacia los músculos del cuello, pecho, abdominales y posteriores del caballo.
Nos colocamos en el lado izquierdo y con dos dedos de la mano izquierda acariciamos de arriba abajo en las barras (ver foto). El objetivo es que el caballo saque la lengua por el lado donde estamos actuando. Muchas veces al principio vemos que el caballo no es capaz de hacerlo, sino que al contrario mete la lengua más hacia arriba, lo que nos da señal de existencia de tensión en la zona.
Al hacer este ejercicio hemos de observar si el caballo lo acepta, pues para algunos caballos esta técnica les resulta muy invasiva y solo conseguiremos mayor tensión. En este caso mejor no utilizarla.
Empezar con sólo unas pasadas y ver como reacciona. Poco a poco ir haciendo un poco más.
A través de una práctica consciente y de la observación de los caballos, iremos aprendiendo y afianzando las sensaciones de sutileza y relajación que buscamos con estos ejercicios.