A lo largo de su vida, el dorso del caballo tiene que soportar mucho peso. Desde un punto de vista fisiológico, no está creado de forma natural para llevar una montura y un jinete. Solamente el entrenamiento correcto bajo una silla de montar que se ajuste bien, permite al caballo arquear su dorso y moverse con fuerza desde debajo de su centro de gravedad. De esta forma, los músculos que estabilizan y sujetan las vértebras de la columna, se desarrollan y tonifican de forma óptima permitiendo al caballo ser montado sin perjudicarlo.
Comodidad para el caballo, un dorso sano
Cada caballo tiene un dorso distinto que cambia constantemente según la edad, el entrenamiento, la época… También durante la monta, el dorso se mueve y adquiere formas diferentes dependiendo del nivel de reunión, de la posición de la cabeza, o el tipo de flexión. La mayoría de monturas convencionales son demasiado rígidas para ajustarse a todos estos movimientos, pero existe una nueva generación de monturas que tienen la capacidad de acompañar estos cambios anatómicos del dorso en todo momento.
Una forma muy visual de entenderlo es con este ejemplo:
Imaginémonos a nosotros mismos adquiriendo una posición cuadrúpeda, y entonces, alguien coloca una tabla de madera o de cualquier otro material rígido sobre nuestra espalda (esta tabla puede estar cubierta de una capa de lana, de neopreno, de cuero…). Lo más probable, es que, debido al arqueo de nuestra espalda, esta tabla no logre aposentarse del todo sobre nosotros, quedando huecos en algunas zonas, solamente a unos pocos se nos apoyará correctamente. ¿Pero qué pasará si una vez con la tabla sobre nuestra espalda, empezamos a desplazarnos? Nuestra espalda empezará a moverse lateralmente, en diagonal, y arqueándose, exagerando aún más esos puntos en los que la tabla no lograba aposentarse correctamente, y creando nuevos puntos de desequilibrio. Ahora imaginemos que aquél que nos ha colocado la tabla, nos pone encima un saco de arena de 15kg. A los que la tabla no se nos apoyaba bien, sentiremos un aumento de presión en los puntos que sostienen la tabla, y es lo que a la larga, perjudicará la salud de nuestra espalda. Y, a los que la tabla si que se les apoyaba de forma correcta estando parados, al empezar a andar, esta tabla junto con el peso, no tendrá la capacidad de adaptarse a todos los cambios anatómicos de nuestra columna y musculatura, dificultando el desarrollo muscular y la libertad de movimientos.
Ahora bien, ¿y si en vez de una tabla rígida, nos colocan una pieza rellena de cualquier material flexible y/o con la capacidad de absorber la presión y adaptarse a la forma de nuestra espalda? En este caso, esta pieza sería capaz de repartir bien el peso de 15kg para que no actuara de forma incisiva sobre ningún punto, y nuestros movimientos no se verían limitados sino acompañados por una pieza que se adaptaría en cada momento a cualquier cambio de posición de nuestra espalda.
Evidentemente, este ejemplo está extrapolado a los movimientos y sensaciones humanas, lejos de ser una comparación exacta a nivel anatómica, en el caso de los caballos. Pero la conclusión es la misma, y es que la equitación avanza, las herramientas evolucionan, y todo lo que mejore la condición física, la comodidad, y nos aporte un beneficio para los caballos, debería ser contemplado e integrado por todos los que trabajamos con ellos.
¿Cómo es una montura adaptable?
Dicho esto, siempre hay que tener en cuenta que, evidentemente, una montura con una estructura rígida, sobre un caballo morfológicamente simétrico y con una musculatura bien trabajada, es una buena opción siempre que la montura le siente bien.¿Pero qué pasará si nuestro caballo se ensancha debido al trabajo, o al revés, pierde musculatura debido a la falta de él, o gana peso, o lo pierde? ¿Es que nuestro caballo mantendrá siempre la misma condición física? Entonces, ¿es realmente práctico, tanto para nosotros como para el caballo, tener una montura difícilmente adaptable a todos estos cambios?
Todas estas preguntas, y más, son las que se han hecho previamente los fabricantes de monturas que ya hace años han empezado a ofrecer opciones, más o menos buenas, de monturas con distintos sistemas de adaptación. Estos sistemas están enfocados básicamente en dos partes de la montura: el puente, y los bastes.
- Puentes intercambiables
Cien caballos distintos, cien cruces y espaldas distintas. Se está convirtiendo en un básico imprescindible que una montura tenga opción de cambiar el puente fácilmente para poder adaptarla a varios caballos o a uno que, por la causa que sea, ha cambiado su condición física. Es realmente un avance en este campo, poder tener una montura que puedes usar con más de un caballo sin tener que poner “parches” para corregir su falta de adaptación. Además, en la mayoría de casos, estos “parches”, lejos de liberar al caballo de la presión, la aumenta (cuantas más capas colocamos debajo de un espacio que no se amplía, más presión generamos en ese punto).
- Armazones flexibles o articulados
Aquí entra nuestro ejemplo de la tabla. Un material rígido sobre un cuerpo en movimiento resulta, en más o menos grado, restrictivo y limitante. Por eso, cada vez vemos más monturas con armazones que de alguna manera se adaptan muchísimo más a los movimientos del dorso de los caballos. Desde armazones flexibles en todas direcciones, como armazones articulados con sistemas de bisagras. Lo importante es asegurarnos de que pueden adaptarse tanto a los movimientos laterales como diagonales, dejando siempre libre la columna vertebral para evitar cualquier tipo de presión en esa zona. Cuanta más capacidad de adaptación, mejor.
- Bastes adaptables
Y el último factor a tener en cuenta, si ya tenemos un armazón flexible o articulado, es que los bastes esten hechos de un material capaz de adaptarse al máximo a los distintos dorsos y formas que pueden adaptar en movimiento, sin olvidar que es fundamental que este material tenga un alto nivel de capacidad de absorción de la presión, y reparta todo nuestro peso de forma equitativa por el dorso del caballo.
Monturas adaptables en el mercado
Actualmente hay varios fabricantes trabajando en esta dirección, vamos a ver algunos y qué tipo de monturas ofrecen:
BAREFOOT-SADDLE: Barefoot-Saddle ofrece un sistema completo de adaptación a cada caballo: todas sus monturas tienen opción de puente intercambiable, su armazón es flexible en todas direcciones, y los bastes están hechos de materiales sintéticos con un alto nivel de absorción de presión y capacidad de repartición de peso. Además, ofrece un sistema de sudaderos con los que se pueden corregir las posibles asimetrías del caballo mediante cuñas, para que la montura siempre descanse de forma óptima sobre su dorso.
WINTEC / BATES: Tanto Wintec como su gama alta, Bates, ofrecen en sus monturas un sistema de bastes rellenos de aire que son capaces de adaptarse muy bien a las distintos tipos de dorso y de eliminar con éxito los puntos de presión. Además, algunos de sus modelos tienen la opción de puente intercambiable y de corrección de bastes mediante un sistema de bloques que puedes añadir en función de la anatomía de tu caballo y de cómo se le apoye la montura.
STÜBBEN: Stübben, aún conservando el concepto de montura convencional, ha lanzado una línea de monturas con armazón articulado. Se trata de un armazón partido en dos que facilita su adaptación al dorso del caballo, permitiendo una mayor libertad de movimientos y liberación de la presión.
Estos son algunos de los fabricantes más conocidos, pero podemos encontrar otros que ya trabajan también en esta dirección.
La montura es el principal nexo de unión entre jinete y caballo durante la monta, y es básico que ésta cumpla su función a la perfección. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que no existen puntos de presión que puedan molestar o dañar al caballo y saber cómo reconocer si una montura es o no la correcta. Las monturas adaptables nos facilitan este trabajo, asegurándonos una protección total del dorso de nuestros caballos, una completa adaptación para cada caso, y una libertad total de movimientos.