Estamos cambiando, somos y nos sentimos responsables de nuestro caballo. Él nos lo ha dado todo y ahora que es mayor se merece que lo cuidemos. Hoy en día disponemos de medios veterinarios y residencias equinas.
Somos cada vez más los que nos aseguramos que reciban un retiro digno y a tiempo, que les permita vivir con calidad de vida.
La medicina veterinaria ha evolucionado. Tenemos más medios para diagnosticar y tratar enfermedades, se han creado hospitales, apostamos en medicina preventiva, los propietarios los cuidan más y las hípicas se preocupan por tener monitores y cuidadores formados.
En definitiva: Nuestra cultura ha cambiado, las cosas se hacen mejor y consecuentemente los caballos son más longevos.
¿A partir de qué edad consideramos que un caballo es mayor?
La media de vida de un caballo estabulado está en 19 años. A partir de los 15 lo consideramos mayor, y a los 20 años ya geriátrico.
¿Qué enfermedades son las más frecuentes?
La equivocación más frecuente es confundir signos clínicos de enfermedad con signos fisiológicos propios de la edad.
“Está muy delgado porque es mayor “…
El sistema inmunitario del caballo mayor es menos eficaz, con lo cual aumenta la susceptibilidad a los patógenos, neoplasias, estados inflamatorios crónicos, etc.
Los problemas más frecuentes son:
- Problemas dentales- Muchos propietarios no reconocen los síntomas y sin embargo, son muy frecuentes:
Diastemas, desgaste irregular y pérdida de piezas dentales disminuyen la capacidad de masticar eficientemente el forraje (“hacen bolas”). Es común la enfermedad periodontal y caries que predisponen a fracturas de las piezas o infecciones apicales.
- Problemas digestivos- La capacidad de absorción de nutrientes y vitaminas disminuye. Requieren una dieta más digestible, con alto contenido en proteínas y suplementos con vitaminas del grupo B.
Los cólicos más frecuentes son causados por la mala dentición, alteraciones en el peristaltismo intestinal y lipomas estrangulantes.
- Problemas oculares- Úlceras indolentes, esclerosis del cristalino, retinopatías seniles, cataratas, uveítis recurrente…
- Problemas articulares degenerativos- La carga acumulada durante su vida origina un deterioro progresivo permanente del cartílago articular (artrosis)
Problemas respiratorios- La inmunosupresión derivada de la edad los hace más susceptibles a inflamaciones crónicas (RAO o Asma), e infecciones. Requieren un buen manejo ambiental para disminuir el polvo y medicación para controlar las crisis respiratorias asmáticas o infecciones.
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- Problemas cardíacos- Por ej: la insuficiencia de la válvula aórtica es común en caballos de avanzada edad. Su progresión es lenta y puede derivar en insuficiencia cardíaca. Es importante su monitorización (Ecocardiografía, electrocardiograma), y deberían dejar de montarse o realizar ejercicio.
- Alteraciones endocrinas (disfunción de la pituitaria )- Cushing (pelo largo y rizado), síndrome metabólico equino que pueden derivar en infosuras crónicas.
- Subfertilidad o infertilidad- Yeguas que desarrollan mala conformación perineal, endometritis crónicas y degeneración del endometrio. Los sementales desarrollan atrofia testicular y algunos pueden presentar tumores.
- Tumores- Melanomas (en la capa torda) son los más frecuentes en animales tordos mayores, linfomas, carcinomas, lipomas abdominales, etc…
- Problemas neurológicos- Ataxia por osteoartritis en cervicales, ataxia por infección por EHV1.
¿Qué cuidados requieren?
Debe llamar a su veterinario y podólogo de confianza. Son los profesionales los que asegurarán un buen estado de salud.
Un buen programa de medicina preventiva para un caballo geriátrico incluye:
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- Cuidados dietéticos:
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Aporte calórico adecuado, fibra digestible, mayor contenido proteico, concentrado repartido en mayor número de tomas y sin superar el 1.5 kg por toma..
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- Cuidados dentales periódicos (cada 6-12 meses):
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Eliminación del sarro y limpieza de diastemas y bolsas periodontales.
Corrección de la alineación de los incisivos que permitan el contacto de las muelas y mantener la capacidad de triturar el alimento.
Limado de puntas y ganchos.
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- Ejercicio controlado o retirado en un campo con otros caballos:
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Sin embargo, debemos prestar atención a nuestro caballo que, acostumbrado a estar estabulado solo, cuando es retirado en compañía de otros, pasará un periodo de adaptación con +/- estrés físico, y/o psicológico, que debe ser minuciosamente controlado, ya que puede no llevar bien tener que defender su espacio para comer.
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- Control de su condición corporal:
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Pierden peso con más rapidez y es más difícil de recuperar.
La musculatura se atrofia.
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- Vacunación y desparasitación:
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Un buen estado vacunal disminuye el riesgo de padecer enfermedades que se pueden prevenir.
Desparasitar cada 6 meses o, idealmente, en función de resultados de exámenes coprológicos, cada 3 meses.
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- Revisión por podólogo (cada 6-8 semanas):
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Los problemas en los cascos son más frecuentes (abscesos, infosura, hematomas…).
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- Detección precoz de signos de enfermedad:
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Cuanto antes se detecten, mejor pronóstico para que se recupere con el mínimo deterioro físico.
¡Su comportamiento es el reflejo de toda una vida!
Normalmente nos enseñan lo que hemos hecho bien, o lo que podríamos hacer mejor, pero siempre merecen que se les retribuya lo que nos han dado.
¡Llame a su veterinario para asegurar su estado de salud y tenga en cuenta su opinión cuando le aconseje que ha llegado el momento de retirarlo!