Trabajar nuestro caballo a la cuerda es beneficioso por muchos motivos al conseguir un movimiento más natural al no llevar peso ni presión del jinete. Pero no se trata de desahogar al caballo galopando sin control; debemos utilizar un plan de trabajo para ayudar a fortalecer cuello, dorso y grupa y mejorar su equilibrio según su nivel de doma y estado físico.
Así, en caballos fríos, puede ayudar a activarlos antes del trabajo en pista; y a la inversa en caballos calientes, después de un ratito de paso, se trota y galope para “cansarlo” (sin correr).
El primer pilar en doma de potros o en la recuperación de lesiones. Es recomendable utilizar un picadero amplio, para no tener el caballo en círculos muy pequeños mucho rato, pudiendo así alternar con alguna recta.
El material imprescindible es: cabezada, cuerda larga, cinchuelo, protectores o vendas, tralla, rendajes auxiliares (riendas de atar, Pessoa, etc.). A continuación explicaremos cada uno.
– Cabezada: fabricada en nylon, neopreno o piel, la muserola conviene que sea acolchada y que disponga de tres anillas para atar la cuerda en distintas posiciones. Algunas cabezadas pueden usarse con filete, aunque dependerá da cada caballo y del tipo del trabajo. No se recomienda el enganche directo de la cuerda a la embocadura por el impacto que pueden tener en la boca.
– Cuerda: puede ser de 8 a 10metros de largo, y normalmente plana. Hay opciones con el enganche, con el mosquetón giratorio, con piezas de cuero y topes para marcar el largo.
– Cinchuelo: se utiliza para colocar algún rendaje especial. Si ya cuenta con un buen acolchado, no será necesario, pero si no, debemos colocar una mantilla o un protector debajo ya que favorece el relajamiento de la espalda del caballo, reduciendo los puntos de presión. Van equipados con anillas dorsales, laterales y en el bajo vientre para la fijación de todo tipo de riendas.
– Protectores, campanas y vendas: imprescindibles para proteger al caballo. A la cuerda es más fácil que el caballo quiera dar alguna alegría, con las campanas evitamos la posibilidad de un alcance y que se arranque la herradura. Los protectores, delanteros y traseros, de tendón y menudillo o altos, según el día a día del caballo. Se pueden colocar también vendas elásticas de trabajo, asegurarnos sólo que no se bajen durante el trabajo.
– Tralla: es una ayuda artificial para reforzar nuestra voz, para activar el movimiento hacia delante del caballo. En ningún caso se utiliza como castigo.
Rendajes auxiliares: hay múltiples opciones pero debemos tener en cuenta el estado físico del caballo ya que algunas ofrecen una presión excesiva (sobre todo si no lo ajustamos debidamente).
Podemos utilizar:
– Las riendas de atar se colocan entre el filete y el cinchuelo. Las podemos ir ajustando a medida que el caballo vaya cediendo y ayudan a mantener fijo el contacto, que el caballo no se escape.
– Chambón, impide que el caballo levante la cabeza; consiste en una polea que se engancha del filete, pasando por la testera y engancha al cinchuelo por el pecho, entre los anteriores.
– Gogue, parecido al chambón pero más suave al no ser fijo, sólo actúa cuando el caballo levanta la cabeza, no tiene acción directa si no es necesario.
Los sistemas de entrenamiento, no sólo tienen en cuenta la parte anterior del caballo, también incluyen cuerda que pasa por detrás de los posteriores, ayudando a meter los pies y empujando hacia delante.
En Equipassio os lo ponemos fácil, por eso contamos con algún kit completo con todo lo necesario para trabajar a la cuerda, como el de la marca Waldhausen: cabezada, cinchuelo, protector del cinchuelo, cuerda y tralla desmontable en colores distintos: https://www.equipassio.com/shop/es/conjuntos-para- tu-caballo/4553-kit- para-dar- cuerda-completo-waldhausen-.html
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