¿Hay alguna relación entre los problemas articulares que sufre nuestro caballo y su estado emocional?
Cuando nuestro caballo sufre algún tipo de disfunción a nivel articular, que le provoca algún tipo de cojera persistente, aunque haya sido tratado por nuestro veterinario o incluso por un quiropráctico, nos preguntamos ¿a qué puede ser debido?
Desde la Medicina Tradicional China, se da un enfoque holístico, teniendo en cuenta no sólo la parte física sino también la parte psíquica o emocional. Partiendo de este enfoque, podremos valorar a nuestro caballo de una manera conjunta entre ambas partes y, de esta manera, podremos determinar cuál es el problema causante de la disfunción articular.
Desde la Medicina Tradicional China, al hígado, como al resto de órganos internos del organismo, le corresponden varias funciones para el buen funcionamiento del organismo, funciones distintas a las que conocemos en Occidente.
Entre varias de las funciones que realiza, el hígado tiene encargada la función de dejar libres las vías de paso de energía en el organismo, así como la de permitir la relajación y contracción muscular y tendinosa, accediendo a la libre movilidad de las articulaciones. Esta función está unida a la sangre almacenada por el hígado, que se encarga de la nutrición de los tendones y los músculos, necesaria para su libre desarrollo.
En la parte emocional, el hígado es el primer órgano afectado por cualquiera de las emociones tales como la alegría, el miedo, la ira o cólera, la tristeza o la preocupación, ya que éste actúa como el receptor o puerta de entrada de todas ellas. La emoción que le afecta directamente es la ira o cólera.
Existen muchos estudios y publicaciones de artículos que hablan del comportamiento del caballo, en las que se afirma la necesidad que tienen de vivir en manada, para poder asegurar la supervivencia de su especie, manteniendo su filogénesis. Con ello quiero remarcar que para mantener el buen estado de su salud, tanto física como mental-emocional, hay que valorar de forma holística todas las necesidades de nuestro caballo, poniéndonos en su lugar y dándole aquello que realmente nos pide, que no es más que poder estar en contacto con la naturaleza, formando parte de su equilibrio.
Por ello hay que tener en cuenta que el caballo por naturaleza es un animal que debe vivir libre, en una extensión de terreno suficientemente grande y disponer de zonas con árboles para ofrecerle sombra y protección frente al frío y el viento, viviendo en manada con otros miembros de su especie, evitando, dentro de lo posible, tenerlo metido en cuadras.
Cuando ocurre un desgaste reiterativo de las emociones, debido a largos periodos en estado de reclusión en cuadras o bien por un exceso de entrenamiento, nuestro caballo manifestará un estado de ira o cólera, dando lugar a disfunciones internas que afectan al hígado, que según la Medicina Tradicional, puede provocar un desequilibrio de vacío (Yin) o plenitud (Yang), afectando al buen funcionamiento y nutrición de sus músculos y articulaciones.
Para tratar este tipo de desequilibrios empezaremos el tratamiento centrándonos en el psiquismo del caballo, conocido en Medicina Tradicional China como el “Shen”, eligiendo puntos destinados a llegar a la filogénesis de su especie. En segundo lugar, elegiremos puntos de acupuntura correspondientes al síndrome diagnosticado, ya sea por vacío o bien por plenitud. De esta manera conseguiremos un tratamiento holístico que no sólo actúa a nivel físico sino también a nivel psíquico.
Es importante destacar que, para poder conseguir un tratamiento holístico mediante la aplicación de acupuntura, éste deberá ser puesto en práctica junto a una serie de pautas aplicadas por su cuidador, como dar a nuestro caballo un lugar dentro de una manada en espacios abiertos y en situación de semilibertad, un entrenamiento adecuado evitando sobreesfuerzos y una alimentación equilibrada.
Podríamos comparar la acupuntura aplicada a los caballos como el diente de un engranaje. Esta comparativa nos sirve para entender cómo funciona un tratamiento holístico, en que la acupuntura es únicamente una parte y el resto corresponde a las pautas aplicadas a nuestro caballo.