En el mundo ecuestre, popularmente, siempre se ha dicho que el carácter del caballo viene determinado por los remolinos que tiene en la frente. ¿Qué tiene eso de cierto? Pues parece ser que mucho, según diferentes estudios, como «La relación entre los remolinos en la cara de los caballos y el temperamento en Caballos Lundy» de la Universidad de Plymouth o «Los Remolinos faciales del caballo (trichoglyphs) y la incidencia de lateralización motriz» de la Universidad de Limerick.
Lo más habitual es que el remolino se sitúe a la altura de los ojos. Cuanto más arriba esté el remolino, el caballo está más alerta y es más rápido e inquieto; en cambio, cuanto más abajo, el caballo es más pasivo, lento y tranquilo. En relación a si es zurdo o diestro, si los pelos del remolino giran en dirección de las agujas del reloj, probablemente el caballo sea diestro, y si lo hacen al revés, será zurdo.
El lado derecho del cerebro es el reactivo, es decir, si el remolino se sitúa a la derecha, el caballo habitualmente reaccionará con miedo y ansiedad. Por el contrario, si lo hace a la izquierda, que es el lado analítico del cerebro, la primera reacción del caballo no será con miedo, sino más bien con curiosidad. Asimismo, el nivel de concentración del animal y su capacidad de aprendizaje también dependerán de si es un remolino pequeño y centrado o más alargado y disperso. También influirá en su manera de ser el hecho de contar con dos remolinos o más y su colocación en la frente.
Compartimos este vídeo de Equine Genetics México que resume estas ideas de forma gráfica:
https://www.facebook.com/GeneticaEquinaMexico/videos/247739805766392/