Especialmente en los caballos de competición, es usual ver orejas y/o bigotes esquilados, pero… ¿es necesario? O incluso, ¿puede ser perjudicial para el caballo? Hay diferentes teorías al respecto y cierto debate en torno a este tema, así que ya os avanzamos que no podremos daros una respuesta clarificadora al 100% -aunque nos servirá para abrir la discusión con los lectores-.
El pelo del interior de las orejas protege los conductos auditivos de la suciedad o de insectos y evita que entren directamente en el organismo del caballo. Pueden esquilarse por razones veterinarias y, en este caso, se entiende que estaría justificado, pero muchas veces es simplemente por estética.
¿Quedan desprotegidas las orejas? Si se esquilan por completo, sí. Podemos optar por recortar los pelos que sobresalen o arreglarlas un poco para que no se vean tan desaliñadas sin dañar el interior del oído.
En el caso del bigote del hocico del caballo, se considera que es su tercer ojo, ya que tienen un punto ciego delante de su cabeza y estos pelos les ayudan a orientarse y a notar lo que no entra dentro de su campo de visión. Si bien no es completamente dañino para su salud, ya que no está del todo comprobado, probablemente perderá capacidad sensorial.