Un estudio de 2015 de la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos) revela que los niños y jóvenes que están en contacto con caballos experimentan una reducción sustancial del estrés. ¿Y esto a qué se debe? ¡A la saliva de los niños!
Los resultados de la investigación, publicados en el Boletín Interacción Humano-Animal de la Asociación Estadounidense de Psicología de abril de 2015, apuntan a que la interacción entre personas y equinos provoca un cambio en los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, en los niños y jóvenes. Se trata del primer estudio en este sentido y basado en la prevención, ya que está demostrado que los patrones saludables de dicha hormona pueden proteger contra el desarrollo de problemas de salud, tanto física como mental. Además, las muestras de saliva se toman de forma no invasiva y sin provocar cambios en las personas.
Mientras que otros estudios de la interacción humano-animal con caballos, perros, gatos y otros animales de compañía se han centrado en la mejora de las competencias sociales, la autoestima y el comportamiento en los niños, hasta el momento no se había comprobado el por qué sucedían estas experiencias positivas. Este estudio se centró en un programa de 12 semanas con un total de 130 niños y niñas.
Los investigadores partieron de la premisa que la hormona del estrés funciona según la manera cómo percibimos el estrés y cómo lo enfrentamos: el estrés no es solo lo que experimentamos, sino cómo interpretamos la importancia del factor estresante. Por ejemplo, un niño ante un caballo grande y desconocido puede experimentar más estrés que cuando se encuentra con un animal más pequeño y familiar.
Basado en técnicas naturales de equitación, el programa proporcionó 90 minutos a la semana para aprender acerca del comportamiento del caballo, su cuidado, aseo, manejo, la equitación y la interacción con ellos. Mientras que los participantes proporcionaron seis muestras de saliva entre dos días antes y después de las 12 semanas. Los investigadores compararon los niveles y los patrones del funcionamiento de la hormona del estrés midiendo el cortisol. El resultado: los niños que participaron en el programa tenían niveles de cortisol significativamente más bajos durante el día y la tarde en comparación con los otros niños. Los niveles más altos de esta hormona, especialmente en la tarde, se consideran un factor de riesgo potencial para el desarrollo de la psicopatología.
De esta forma, el estudio respalda otras investigaciones acerca del impacto positivo de la interacción entre humanos y caballos hechos por profesionales en equitación terapéutica, padres de familia y niños.
Fuente e imágenes: Washington State University