La media parada es un movimiento aparentemente sencillo y cuya funcionalidad suele ser poco valorada, aunque en realidad es un ligero movimiento de advertencia para indicar al caballo que le vamos a pedir un cambio de aire o de recorrido.
Con la media parada, buscamos mejorar la puesta en mano y la ligereza, procurando el descenso de la grupa, el remetimiento de los posteriores y el aligeramiento del tercio anterior. Si el caballo no entiende o no aceptar las ayudas, subirá la nuca y tensará el dorso, de manera que el movimiento perderá toda su eficacia.
La media parada ayuda a trasladar parte del peso del tercio anterior al tercio posterior del caballo, mejorando su atención, aumentado la fluidez de los movimientos y la conexión entre el caballo y el jinete.
Para conseguir una media parada hay que aplicar las siguientes ayudas, adaptándolas al carácter y a la sensibilidad del caballo que estemos montando, incluso al nivel de adiestramiento en el que se encuentre. Una buena opción puede ser practicar en un taburete antes de montar:
- Las piernas, activándolas momentáneamente.
- El asiento, tensando la musculatura del asiento.
- Las manos, con una ligera retención y cediendo para que el caballo se sostenga por si mismo y volver de nuevo al contacto.
De todos modos, hay tres grandes jinetes que difieren en la aplicación de la media parada, por lo que podemos constatar que no existe una sola forma de hacerlo. El General Decarpentry apuesta por no usar las piernas para empujar; Carl Hester considera que debemos utilizar el asiento para empujar; y Alois Podhajsky cree que utilizamos solo piernas y la manos. En cualquier caso, lo importante es que las ayudas de retención no bloqueen el dorso o hagan perder actividad a los posteriores.
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Para empezar, partiremos de los siguientes pasos, que podemos ir ajustando en función de las necesidades de cada caballo hasta encontrar las ayudas óptimas:
- Siéntate erguido y acomódate bien en la montura. Relaja los hombros y la espalda para que el cuerpo fluya con el movimiento del caballo para que el animal pueda sentir más fácilmente las señales que le mandes.
- Cierra las manos sin tirar de las riendas, el caballo aligerará el contacto y acortará el tranco.
- Tensa un poco los músculos de la parte baja de la espalda y aprieta las nalgas.
- Alarga ligeramente las piernas y aumenta la presión.
- Cuando el caballo empiece a detenerse, empuja la silla con el asiento con un movimiento hacia adelante y presiona ligeramente con las piernas.
Ten en cuenta que una media parada no debe durar más de 2 segundos.
Imagen: WikiHow