La equitación es mucho más que montar a caballo, sin duda alguna. Más que una disciplina deportiva, tiene una dimensión educacional nada despreciable, para todos aquellos que la practican.
Por esta razón, muchos padres vemos la equitación como una aliada en nuestra tarea como educadores.
Desde la posición de padres y madres de jinetes y amazonas, queremos daros a conocer una propuesta interesante. Cursar el 4º de la ESO en Irlanda, manteniendo la equitación como actividad deportiva y educacional.
Irish Emotions somos un equipo humano que asesoramos a padres y adolescentes, sobre las posibilidades de estudiar un año escolar en la “Isla Esmeralda”, sin dejar la equitación.
El primer factor para tomar la decisión, es bien obvio: mejorar el nivel de inglés de los chicos. Aumentar el dominio de un idioma, pasa por su puesta en práctica. No es que los adolescentes no sepan inglés, lo saben, pero solo cuando se tiene que utilizar, mejora la fluidez y la soltura en el idioma.
En segundo lugar, viene “el cuándo”. Para el equipo de Irish Emotions el mejor momento es en el último curso de la Educación Secundaria Obligatoria, el 4º de la ESO. Durante este curso, se cierra un ciclo y hay que tomar decisiones sobre futuros estudios.
Padres y profesores, la sociedad en general, empieza a preguntar sobre posteriores estudios. Dicho de otro modo, llegan las preguntas “existenciales” acerca del proyecto de vida: ¿Qué te gustaría estudiar? ¿En qué te gustaría trabajar?
La preocupación de los educadores aumenta proporcionalmente al nerviosismo de los chicos ante los interrogantes. Preguntado acerca del proyecto de vida, el adolescente suele contestar con evasivas.
-“No lo sé, ya veré cuando llegue el momento”.
-“¡Pero es que llega ya!, -suele ser la respuesta de los adultos-. Hay que tomar decisiones pronto y una reflexión se impone”.
No es que a los chicos no les preocupe su futuro, simplemente no saben todavía quienes son realmente y que quieren. Seguramente el adulto de hoy, con 14 años tampoco lo sabía y al final, construyó su propio futuro.
Se trata pues de dar un salto real en el crecimiento personal de los adolescentes. Fuera del ámbito familiar, pero arropados por profesionales de la educación.
Cuando no están cerca los progenitores para que les solventen los problemas, el adolescente tiene que ahondar en su interior para encontrar sus propias herramientas. Si bien en un primer momento puede sentirse inseguro, pronto se da cuenta de que es capaz de solucionar las situaciones él solo.
El empoderamiento mejora la autoestima del adolescente y, le ayuda a afrontar decisiones importantes para su vida futura.
Tras esta experiencia y durante la misma, es importante que los padres y madres intenten “alargar las riendas”. Dejar a los jóvenes tomar sus propias determinaciones y seguir a su lado acompañándolos y, aconsejándolos.
En relación a esta labor de acompañamiento y orientación de los jóvenes, en el equipo de Irish Emotions confiamos en la calidad de los profesionales irlandeses y tenemos total confianza en su saber hacer.
El curso correspondiente al 4º de la ESO en Irlanda, es el “Transition year” un año puente entre la secundaria y el bachillerato, en que se exploran asignaturas y se procuran experiencias laborales. Es el año perfecto para descubrir el mundo profesional, así como descubrirse aptitudes y capacidades personales.
El curso escolar se realiza en escuelas locales y la estancia en familias irlandesas. Creemos que es la manera de adentrarse en una nueva cultura, otras maneras de hacer, favoreciendo la apertura de mente de los jóvenes.
Hasta aquí os hemos hablado de la parte académica de la propuesta, volvamos ahora a la equitación.
“Los padres con jinetes y amazonas adolescentes, pueden encontrarse con reticencias a la hora de proponer un año escolar en Irlanda. Por esta razón nuestra propuesta incluye la equitación para los fines de semana. Lo sé por experiencia propia. Tengo una hija de 15 años, para quien la hípica es una forma de vida, “una necesidad vital”- nos comenta Juan Borrell miembro del equipo de Irish Emotions-.”
Decíamos más arriba que la equitación es una aliada de los padres en su labor de educadores. Así la entendemos y lo queremos transmitir. Tanto para los que están en contacto con el mundo ecuestre, como para los que lo desconocen, trataremos de exponer sus beneficios desde nuestra experiencia.
La equitación apoya la transmisión de unos valores que nos parecen fundamentales. Valores como son la responsabilidad, la perseverancia, la constancia y sobre todo el respeto por el caballo. Atender a sus necesidades después de un entreno, por ejemplo, estar pendiente de su estado de ánimo, son aprendizajes muy valiosos. Valiosos y trasladables a otros ámbitos de la vida, ayuda por ejemplo, a ser más empático y tolerante con los demás.
Por otra parte, la equitación aporta una ayuda inestimable en cuanto a crecimiento personal, ya que aumenta la autonomía y el autocontrol.
“El no puedo no existe. Para y piensa en como se lo vas a pedir para que te entienda (el caballo).” Esta es una frase relativamente común entre los monitores y, aunque nos sobrecoja como padres espectadores, es una buena reflexión.
La equitación ayuda así a adquirir uno de los aprendizajes más difíciles para todos: lidiar con las frustraciones y, mejorar en la gestión de las emociones.
A nuestro entender, todos los esfuerzos tienen su recompensa y más cuando se trata de personas en edad de crecimiento. La mayor satisfacción que pueda tener un jinete o una amazona, es entablar una estrecha complicidad con su caballo y, alcanzar las metas que se proponga. De esta manera, la autoestima de los chicos y la sensación de empoderamiento aumentan.
La propuesta ecuestre de fin de semana, combinada con el curso escolar se compone de:
-Clases prácticas (salto, doma, cross, paseos por la playa…)
-Clases teóricas relacionados con el caballo (cuidados, anatomía, salud equina, comportamiento, cuidado del material ecuestre…).
Creemos firmemente que nuestra propuesta puede ayudar a los adolescentes en su crecimiento personal, así como favorecer la transmisión de valores esenciales para una vida mejor. Por esta razón ofrecemos la experiencia de vivir un año en Irlanda, afianzando el dominio del inglés, sin dejar de lado la práctica de un deporte que consideramos como una excelente escuela de vida.
El equipo de Irish Emotions.