Un estudio preliminar, aunque extremadamente prometedor, llevado a cabo en 2018, revela que el 70% de los pastos donde había caballos que suelen sacudir la cabeza tenían niveles de potasio altos o muy altos. El potasio es un electrolito que transmite los impulsos nerviosos, por lo que el estudio postula que cuanto más potasio hay en una célula, más carga positiva tendrá y, por lo tanto, será más probable que el caballo reaccione.
Emily Westwood, una estudiante de veterinaria de la Royal School, ha recibido fondos de World Horse Welfare para investigar si los niveles de potasio en la dieta pueden ser un factor determinante en la causa de las sacudidas de cabeza de los caballos. El estudio analizó los pastos de diferentes instalaciones ecuestres y concluyó que en el 70% de los casos donde había caballos que presentaban este problema de conducta, la alimentación tenía niveles elevados o muy elevados de potasio.
La teoría es que en algunos caballos puede haber una regulación errónea de la carga de potasio en las células y los puede hacer susceptibles a las reacciones nerviosas. Emily empezó a investigar cuando trasladó su caballo de unas instalaciones a otras y empezó a sacudir la cabeza. Explica que una vez movió el caballo de nuevo, el problema se detuvo, y resultó que los niveles de potasio de los pastos de la segunda área fueron el doble de los de su espacio habitual.
Las sacudidas de cabeza se habían descrito como mal comportamiento, pero, en realidad, parece ser una patología aún no identificada causada por estímulos como el polen, la lluvia, el viento, la luz del sol o el trabajo montado. En los casos más leves se puede corregir y sobrellevar, pero hay algunos caballos que se ven gravemente afectados y, en consecuencia, tienen una peor calidad de vida y se hacen peligrosos para montar.
Según este estudio, los veterinarios pueden analizar los niveles de potasio en sangre, pero no dentro de las células, que tienen una concentración mucho mayor. Emily asegura que «solo estamos viendo la punta del iceberg cuando hacemos un análisis de sangre». «Es casi imposible probar los niveles intracelulares de potasio, sin embargo, si encontramos en el pasto o en el heno niveles excesivos de potasio, esto puede sugerir que los caballos se encontrarán con esta condición», afirma. Aunque es una afirmación todavía por probar, parece ser que si reducimos la cantidad de potasio en la dieta, reduciremos significativamente los síntomas del caballo.
Además, la insulina y la adrenalina son sustancias que pueden llevar más potasio a las células. Emily explica que «ahora tenemos caballos con niveles de obesidad más elevados (lo que causa un mayor índice de insulina)», de forma que «el efecto de la adrenalina en la absorción de potasio también podría explicar por qué algunos caballos sacuden la cabeza 10 o 15 minutos después de empezar a trabajar». El estudio se ha ampliado durante 18 meses y se espera que los resultados refuercen sus hallazgos preliminares.
Fuente: Horse&Hound