El trabajo pie a tierra y cómo empezar a introducirlo es una fase de vital importancia, pero antes de profundizar en este tema, me gustaría esclarecer algunos conceptos, para que todos estuviéramos en la mismo punto de partida. Toda equitación, ya sea Clásica, Barroca, salto, Academic Art of Riding, trabajo en libertad, Western, Straighntess Training, Parelli, la escuela de Philippe Karl, la filosofía Symbiosis, la Carde Noir, la escuela Portuguesa… etc tiene que partir de la misma base, ayudar al caballo a preparar su cuerpo física y mentalmente para que nosotros nos podamos montar
Eso significa que es necesario que el caballo aprenda a cambiar su punto de equilibrio natural, para que, de este modo, pueda llevarnos sobre su espalda sin comprometer su salud física. Si por cualquier motivo, el método utilizado no nos ayuda a alcanzar este fin, no es el método adecuado para trabajar con nuestro caballo.
En la imagen de la izquierda, el caballo está con el punto de equilibrio natural, obsérvese especialmente los posteriores y el pecho del caballo.
En la imagen de la derecha, el mismo caballo con el punto de equilibrio preparándose para la reunión. El movimiento no es la cabeza hacia el pecho el que hace que el caballo se reúna, sino que es la entrada de los posteriores y la elevación del pecho que hace que el cuello del caballo se incurve y vaya al contacto.
Para que el caballo pueda prepararse física y mentalmente sin crearle problemas, hay dos parámetros que tienen que estar muy claros:
1-. La relajación mental de nuestro caballo es nuestro primer objetivo: sin relajación mental no puede haber relajación física, si no hay relajación física, no hay harmonía.
Desde la relajación mental es del único sitio en el que podremos construir y educar satisfactoriamente nuestra monta . Si los músculos de nuestros caballos no están relajados cuando los trabajamos, estos van a crear tensiones negativas y la probabilidad de lesiones aumentará. Cuando un caballo trabaja con tensión muscular negativa, la fibra muscular se contrae y trabaja en direciones contrárias, las probabilidades de que los mismos se quiebren o entren en espasmos es enorme, repercutiendo que los tendones y ligamentos sufran más con los riesgos que eso conlleva. Los músculos que trabajan con tensión negativa no pueden desarroyarse.
2-. Como entrenadores, tenemos que tener muy clara la imagen de dónde estamos y todas las fases que tenemos que pasar para llegar a la imagen final (la reunión). Esto lleva tiempo, ya que el caballo necesita cambiar toda su postura natural y su centro de equilibrio para llegar al «self carriage» (paso anterior a la reunión). También se necesita paciencia y conocimiento por nuestra parte, porque al fin y al cabo, solamente nosotros sabemos lo que le queremos enseñar a nuestro caballo; él no tiene ni idea, y la verdad, si no somos nosotros el que lo animamos a trabajar, él normalmente no tiene ningún interés. Por lo tanto, debemos hacer lo posible para que el caballo se lo pase bien y quiera trabajar y aprender a nuestro lado.
A día de hoy, ya todos sabemos que el caballo no ha sido diseñado para la monta, y es por ese motivo, que si queremos montarlo y hacerlo educada y respetuosamente tenemos que seguir ciertas pautas.
Evolución del punto de equilibrio del caballo para la preparación de la reunion y/o self carriage
Ninguna doma es natural
Da igual la escuela que sigas, todas buscan o deberían buscar lo mismo (cómo ya hemos dicho antes) y todas, mal aplicadas causan problemas a los caballos. Montar sin silla y sin embocadura no garantiza una doma buena para el caballo, cómo no todos los jinetes que montan con embocadura hacen daño a su caballo. Las fustas están diseñadas para ser una extensión de nuestro brazo para ayudar a comunicarnos con nuestro caballo, nunca una arma para pegar o castigar.
La foto mental del resultado final no se consigue ni en un día, ni en dos… ni tampoco se consigue forzando al caballo a mantener la posición de su cabeza en una posición determinada (la cabeza del caballo llega a la posición correcta cuando el caballo trabaja con los posteriores correctamente, no posicionando la cabeza de determinada forma) ya sea utilizando riendas alemanas, de atar, chambones o cada vez manos y embocaduras más duras (otro día hablaremos de eso). La foto mental que tenemos todos en la cabeza se consigue con años de preparación y dedicación, paciencia y conocimiento bien aplicado.
Hoy en dia, en una sociedad que anda muy deprisa, quizás es difícil de entender, pero NO hay un método rápido para entrenar a nuestro caballo, y si alguien os intenta vender lo contrario, os está engañando.
Entrenar a un caballo, es un camino en que muchas veces, si queremos avanzar, nos tenemos que mirar a nosotros mismos y hacer cambios internos para poder evolucionar y seguir prosperando.
Es un camino hacia nuestro interior en que el caballo nos hace de espejo, y nos refleja tanto lo mejor de nosotros, cómo lo más feo. Nuestros miedos, nuestro ego, el orgullo, nuestro temperamento, nuestros errores, la impaciencia, la poca capacidad de concentración y las expectativas totalmente irracionales que ponemos sobre nosotros mismos, sobre los caballos y sobre el mundo que nos rodea.
Montar y entrenar a un caballo es un arte, poder compartir el tiempo con ellos es un lujo, depende de nosotros encontrar un equilibrio y sacar lo mejor de nosotros para que nuestros caballos nos puedan dar lo mejor de ellos.
Y para terminar, os voy a dejar con unas palabras del Portugués Fernando Pessoa, que no tiene una conexión directa con los caballos, pero sí su poesía:
“Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía: Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado siempre al margen de nosotros mismos”
Happy training amig@s, y el mes que viene, el trabajo pie a tierra.