Queremos retar a toda la gente del mundo del caballo a abrir sus mentes y sus corazones a los caballos perfectamente imperfectos.
Recuerda al primer caballo que montaste. Para la mayoría de nosotros seguramente fuera un caballo de tanda, ensillado y un poco imperfecto. Este caballo seguramente no fuese un saltador de gran premio o un campeón de morfológico, incluso probablemente tampoco costó mucho dinero.
Pero este caballo te mantuvo a salvo. Lo suficientemente a salvo como para que volvieras y lo montaras de nuevo una y otra vez y probablemente muchos de nosotros debemos nuestro profundo amor por la equitación a un caballo imperfecto.
Hace algunas semanas, me encontraba sentado viendo un espectáculo del Proyecto de Caballos de Carreras Retirados, cuando una mujer se sentó a mi lado. En la pista, un caballo comenzó a comportarse de forma desconfiada, y de pronto la mujer y yo nos vimos atrapados en una conversación a cerca de cuánto nos gustaban los entrenadores que se tomaban con sentido del humor cuando el comportamiento de su caballo dejaba de ser perfecto.
Al final terminamos hablando de los caballos de carreras que ella había criado y el tipo de entrenadores con los que ella adoraba trabajar, aquellos que eran pacientes y buenos con sus caballos. Entonces ella me dijo dónde estaban sus cuadras y me comentó que trabajaba en un proyecto de caballos rescatados que se llamaba “las pinturas rotas aún pintan”.
He estado pensando mucho sobre esa conversación durante las últimas dos semanas. Hace dos años, me encontré con un purasangre que había sido sacado del matadero y al que habían dejado en cuarentena mientras le buscaban una casa. Tenía unas rodillas bulbosas y un aspecto muy desmejorado. Muchos aspectos que mejorar pero ninguno era el que de verdad le molestaba.
El gran problema con diferencia era el espolón posterior derecho, completamente hinchado a la atura de la vaina del tendón, y un corvejón muy rígido que le acompañaba.
La pata posterior derecha simplemente no estaba bien conformada. Mi veterinario y yo pensamos que su pata posterior derecha habría sido probablemente la culpable de muchas de sus otras dolencias, pero yo le dí una oportunidad igualmente. Le puse una silla hecha a medida y envolví sus pies con botas de soporte.
Y durante los dos últimos años, Matt ha sido el mejor caballo que he tenido nunca. Él es amable y amoroso, cuando entras en las cuadras relincha al verme, si me quedo a su lado se me restriega, respirándome encima y preguntándome educadamente si quiero rascarle y finalmente cuando lo toco, gira su cabeza y se me apoya.
Mientras yo estaba en Kentucky, Matt se cayó en el campo. Su mano se resbaló y se rompió la tibia. Mi veterinario y yo hicimos todo lo que pudimos, pero dadas todas sus lesiones y limitaciones físicas, Matt no era candidato para una cirugía. Intentamos infiltrarle en la articulación para ver si podíamos hacerle estar lo más confortable posible para que la articulación sanara por sí sola, pero, incluso mientras estaba en la cuadra descansando, Matt intentaba desesperadamente levantarse y andar sin apoyarse en su mano herida.
Nos preocupamos de que sus rodillas bulbosas hubieran sufrido más durante la caída y empezamos a cuestionarnos la posibilidad de que se cayera otra vez mientras se estaba recuperando. ¿Podríamos hacerle estar lo suficientemente cómodo a largo plazo? ¿podría esa pata alguna vez recuperar su función después de haberse roto cuando antes de eso ya apenas funcionaba bien?
Después de muchas conversaciones y muchas, muchas lágrimas, el veterinario y yo tomamos la decisión de dormir tranquilamente a Matt mientras él todavía era feliz.
Con el corazón roto y devastado me encuentro ante la pérdida de mi dulce Matt, no le he podido ayudar pero sonrío cuando pienso en los últimos dos años con él. No me arrepiento en absoluto de haber decidido adquirir a un caballo imperfecto. Él me dio tanto amor, me trajo tantos nuevos estudiantes y amigos a mi vida y me ha dado una avidez tan profunda de amor hacia los purasangres, que mi vida es mucho más rica al haberlo conocido y amado.
La cuestión es que Matt nunca hubiera sido feliz siendo un lisiado. A él le gustaba la marcha y estaba siempre moviéndose. Así que, en honor a su memoria, quiero retar a todas las personas del mundo del caballo que conozco a abrir sus mentes y sus corazones a los caballos perfectamente imperfectos. Ahora bien, ¿significa esto que deberías ir a un matadero y esperar encontrar al próximo caballo perfecto?
No.
Pero lo que espero es que, si estás buscando un caballo y ves que tiene radiografías imperfectas, una conformación un poco irregular, o no es desde luego un campeón de morfológico, pienses realmente sobre cuáles son tus metas para ese caballo, y de tus capacidades como jinete que quizá puedan hacer que cambies tus expectativas.
O plantearte adoptar un caballo de protectora, que suelen estar abarrotadas.
Quizá pienses en Matty o en los caballos de tanda que montaste en tu juventud y quizá cuando abras tu mente y tu corazón a un caballo imperfecto, seas recompensado con un caballo que constantemente te trae agradables sorpresas como Matt hizo conmigo.
Estos caballos imperfectos no son sólo caballos de bajo nivel o de rutas, como mi Matty. Recientemente hablé con Amy Lynn Paulus, gerente de una empresa de sillas adaptables, sobre su historia favorita de rehabilitación de purasangres y ella tenía miles de historias de caballos con limitaciones físicas que fueron excelentes caballos de deporte con grandes carreras deportivas.
Algunos de sus favoritos fueron los siguientes:
Exciting Band, que sufrió fractura del sesamoide distal y ahora está actuando activamente como caballo de doma, de salto y también enseñando a los niños cross.
Infinite Oz, quien se rompió el sesamoide en tres partes y es ahora un caballo de salto.
Grand Secreto, quien se rompió la rodilla, y es ahora una bestia del cross.
Y Yearning, que tiene tremendos sobrehuesos, pero que terminó treceavo de 100 en la carrera de caballos de carreras retirados y terminó entre los 20 primeros en salto.
Hace unas semanas me fijé en un purasangre que tiene un trozo de rodilla roto y desplazado y que ha sufrido una rotura de escápula. Justo antes de que dejara Kentucky, Gil, como llamamos a este nuevo miembro de la familia , tenía la determinación de volver al trabajo al paso y al trote.
Él entró en mi vida y en mi corazón de la misma forma que lo había hecho Matt dos años antes.
Si me hubiera atascado en el duelo, con mi cerebro racional en vez de confiar en mi instinto, ¿qué habría sido de él? Habría perdido la oportunidad de conocer no sólo a Matt si no también a Gil. Y mi vida sería mucho más pobre ahora. Por eso espero que el legado de Matt y su historia pueda inspirar a otros jinetes a dar una oportunidad a aquel caballo que quizá no es perfecto, pero es perfectamente capaz de hacer lo que le pidamos: un compañero perfectamente imperfecto.
Artículo escrito por DeAnn Sloan
Fuente: HorseNation