Los días son más cortos y el calor ya no aprieta. Las lluvias van a hacer acto de presencia en breve. El tiempo soleado y la lluvia proporcionan las condiciones óptimas para el crecimiento rápido de la hierba. Podemos sacar otro corte de heno y los caballos por fin pueden pastar.
Sin embargo, las condiciones metabólicas de la hierba hacen que se nos presenten unos retos que hay que manejar para evitar problemas digestivos serios en nuestros caballos.
Cuando llueve y después hace sol, los fructanos, que son los azúcares almacenados en la planta, se utilizan para su crecimiento. Durante esta época, cada bocado de hierba contiene muchísimo más azúcar que lo usual en otras épocas. Tu caballo puede ganar peso y lo notarás muy guapo, pero también se aumenta de manera importante el riesgo de cólicos y laminitis.
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Esta situación es particularmente peligrosa para caballos que no tenían un acceso habitual a hierba fresca o para aquellos que acceden a pastos con la hierba muy alta y espesa. No me alegra ver caballos en prados con hierba que les llega hasta la barriga. Me preocupa.
Cuando empieza a crecer la hierba tendrás que tener cuidado con tu caballo. Mucha gente me comenta disgustada mirando a su caballo sufriendo el dolor de la laminitis, “¡pero si sólo lo saqué un par de horas al prado!”
Un pony puede consumir casi el 1% de su peso en sólo 3 horas, aunque su dieta sea correcta y tenga acceso a todo el heno que quiera. Así que, si reduces las horas de acceso a la hierba, puede que no reduzcas la ingesta verdadera de azúcar.
Se puede utilizar un bozal para hierba. Así tu caballo puede salir al prado pero sin que aumente de forma repentina la cantidad de hierba que recibe. Un bozal de hierba va a reducir de media la ingesta de hierba en un 77%. Hay que asegurarse de que el caballo tiene acceso a agua sin el bozal puesto durante el día.
El nivel de fructanos en la hierba baja durante la noche. De hecho, los granjeros experimentados cortan la hierba durante la noche para mejorar la calidad del forraje obtenido. Sin el sol la hierba no puede producir azúcar y por ello esta hierba puede ser más segura que la misma hierba durante el día.
Los caballos y ponis predispuestos a padecer laminitis o que están diagnosticados con Síndrome Metabólico o Cushing no deben salir a este tipo de prado. Estos caballos deben consumir heno u otro producto con niveles reducidos de azúcar.
El nivel de azúcar que contiene un forraje cortado no se puede saber por su aspecto físico. La cantidad de fructanos presente depende de la hora del día, la época en que se cortó, el tipo de planta (por ejemplo el Ryegrass tiende a tener más azúcar que otras plantas) o la cantidad de agua que tenía la planta en ese momento.
Si tienes un caballo sensible al azúcar y te surge una duda sobre el nivel de azúcar que puede contener tu forraje, puedes ponerlo en remojo durante unos 20 minutes para reducir el nivel en aproximadamente un 5%.
En fin, se acepta que el caballo de deporte debe recibir un forraje muy reducido en fructanos por diversas razones. En general, se echa la culpa de los problemas digestivos a los cereales, pero la variación de fructanos en el pasto puede causar problemas serios.
Escrito por Coby Bolger – Nutricionista Equina – www.horse1.es