El Hierro es imprescindible para todas las formas de vida.
En el caballo, tres cuartas partes de las reservas de hierro se encuentran en la sangre, el músculo y la médula. Los macrófagos contienen hierro, convirtiéndolo en parte importante del sistema inmune.
Es un componente esencial de la hemoglobina y la mioglobina, facilitando el transporte, almacenamiento y uso celular del oxígeno.
Tiene un rol importante en los citocromos, dentro de las mitocondrias, mediando la transferencia de electrones en la cadena de transporte de electrones, para la obtención de ATP (la energía de la célula).
Forma parte de la lactoferrina, componente de la leche de la yegua. Y actúa como bactericida en las glándulas mamarias de las yeguas y en el intestino del potro recién nacido.
Al ser extremadamente reactivo, forma parte de una gran cantidad de enzimas y cofactores, que permiten el óptimo funcionamiento del metabolismo del caballo.
Por esta misma reactividad, prácticamente no hay hierro libre en el organismo, esta todo unido a proteínas transportadoras o almacenado, hasta que las reacciones metabólicas lo liberan para su uso.
Debido a la importancia del hierro en el metabolismo y al hecho que su deficiencia es habitual en las personas, tanto los piensos como gran cantidad de suplementos (sobre todo aquellos para mejorar el rendimiento de los caballos) se les añade hierro.
Si embargo, con respecto al hierro y los caballos, más no es mejor. En realidad, la dieta de los caballos contiene más (en ocasiones mucho más) hierro del que los caballos necesitan. Y la deficiencia de hierro en caballos adultos es muy rara, solo excepcionalmente se puede observar en caballos con una carga muy alta de parásitos internos, o con algún tipo de hemorragia interna, o externa.
De hecho, la intoxicación por hierro es más común que la deficiencia de hierro, ésta puede causar depresión, deshidratación, diarrea, fallo hepático, un incremento del riesgo de infecciones y en casos extremos la muerte, particularmente en potros donde la absorción del hierro es más eficiente.
METABOLISMO DEL HIERRO
Siendo uno de los oligoelementos más abundante en la superficie terrestre, los caballos han evolucionado para utilizarlo en diferentes procesos metabólicos, mientras consumen más del que necesitan.
El hierro se absorbe en el intestino delgado (duodeno y yeyuno concretamente), esto es importante en relación a su biodisponibilidad.
El problema con el hierro y los caballos, es que una vez absorbido su excreción es mínima, no existe ningún mecanismo metabólico que permita su salida del cuerpo. La única manera es a través de sangrías (sacándoles sangre).
Por esta razón la absorción del hierro está estrechamente regulada, a través de la hormona HEPCIDINA. Parte del hierro ingerido se absorbe y almacena en los enterocitos (las células que recubren la pared del intestino). Si el cuerpo necesita hierro, los enterocitos lo liberan al torrente sanguíneo, pero si el nivel de hierro del cuerpo es correcto, éste se queda en las células intestinales hasta que éstas se renuevan y se excreta con ellas en las heces.
Aun así, hay caballos que padecen de Resistencia a la Insulina con elevadas concentraciones de hierro en el cuerpo (iron overload). No se sabe a ciencia cierta si es causa o efecto de la enfermedad, es decir ¿es la elevada concentración de hierro la que causa la Resistencia a la Insulina? o ¿es la obesidad y la Resistencia a la Insulina las que afectan a la Hepcidina y la absorción del hierro?
Pero parece que la desregulación de la Insulina causaría la desregulación de la Hepcidina que llevaría a una sobrecarga de hierro.
NECESIDADES DE HIERRO
Según el NRC (National Research Council), las necesidades de hierro para un caballo de unos 500Kg, son 400mg al día.
Pero como hemos comentado, los caballos ingieren varias veces más y el 80% de hierro ingerido se excreta, porque no es biodisponible o porque los enterocitos ya están saturados.
No existen los alimentos libres de hierro, todos contienen más o menos hierro, añadido o de forma natural: los pienso, los cereales, los pellets de forraje, la pulpa de remolacha y los forrajes. Solo con el hierro que contiene el forraje, un caballo de competición, en trabajo intenso, tiene sus necesidades más que cubiertas (Richards et al 2018).
Además del forraje, el agua de bebida también puede ser una fuente importante de hierro en la dieta del caballo, ya que habitualmente está en forma soluble (Fe2+) que es más biodisponible.
Teniendo en cuenta que la absorción del hierro está estrictamente regulada, en respuesta al consumo y a los requerimientos tisulares, y que el forraje aporta la cantidad de hierro que el caballo necesita, el aporte extra de hierro a través de suplementos no se recomienda. Además, no hay ninguna evidencia de que incrementen la energía o el rendimiento de los caballos que los consumen.
Bibliografía:
Equine Applied and Clinical Nutrition, 2013. Edited by Geor, R.J., Harris, P.A., Coenen, M. Elsevier Ltd.
Kentuky Equine Research 2013 https://ker.com/equinews/iron-important-trace-mineral-equine-diets/
National Research Council, 2007. Nutrient Requirements of horses, sixth ed. National Academy Press, Washington DC.
Niblock, Shelagh. Horse Journals https://www.horsejournals.com/horse-care/feed-nutrition/iron-equine-diet
Richards N, Nielsen, B., 2018. Comparison of equine dietary iron requirements to iron concentrations of 5.837 hay samples Poster at International Conference on Equine Exercise Physiology (ICEEP) https://feedxl.com/iron-for-horses/