Debido a la gran oferta del mercado en alimentación equina, muchas veces nos vemos saturados por el exceso de diversidad y la escasez de información sobre los productos, no sólo en cuanto a piensos y suplementos, sino también en cuanto a forrajes. La variedad actual nos produce inseguridad sobre si lo que come nuestro caballo es adecuado o si estamos pagando por un producto que no le reporta grandes beneficios.
En este artículo vamos a intentar conocer un poco mejor qué es el henolaje, cómo aprender a diferenciar su calidad, sus ventajas y desventajas.
Comercializado desde hace años en Europa y EE.UU, nos encontramos en España con un producto que cada vez suscita más interés.
¿Qué es el henolaje?
El henolaje es una técnica de conservación para la hierba que podría clasificarse como intermedia entre el ensilado y el heno. Al igual que este, puede realizarse con un monocultivo (una sola variedad) o bien con una mezcla de distintas variedades de plantas como heno de montaña o una mezcla preseleccionada, tanto de gramíneas como de leguminosas.
La diferencia fundamental con el heno, es que el henolaje se corta antes, en un estado menos maduro de la planta y es preservado en varias capas de polietileno, normalmente entre 6 y 8 capas, previo prensado para eliminar todo el oxígeno posible.
Este ambiente anaeróbico produce una fermentación láctica que dura varias semanas, bajando el pH por debajo de 5 y dando como resultado un forraje nutricionalmente estable, cuyo contenido en agua es de entre el 30% y el 40% aproximadamente, a diferencia del heno que suele contener entre el 10% y el 15% de humedad, y ácidos grasos volátiles (AGV) como productos de la fermentación. El entorno ácido protege la hierba del crecimiento de hongos, bacterias y mohos. El henolaje es además un producto libre de polvo debido al proceso de producción.
Ventajas e inconvenientes del henolaje
Ventajas
– El henolaje es un forraje prácticamente libre de hongos y bacterias por lo que resulta adecuado para caballos con enfermedades respiratorias o alergias. Sin embargo, la reducción de alergenos inhalables en el heno, puede conseguirse del mismo modo mediante el remojado o incluso con vaporizadores de heno, aunque esto último requiere una inversión económica elevada.
– Suele atribuirse al henolaje un mayor aporte nutricional, aunque este hecho no es siempre cierto, ya que esto depende en gran medida de la especie de cultivo, las características del suelo en el que se ha cultivado, las condiciones de cultivo y el momento de la recogida de la hierba. Sólo un análisis del forraje puede determinar el valor nutricional del henolaje.
– En general el henolaje suele recomendarse para caballos con síndrome metabólico ya que parte de los azúcares son consumidos en el proceso de fermentación y producción de ácido láctico y AGV. Esto NO debe darse por hecho, ya que aunque en muchas ocasiones se produce una reducción de azúcares suficiente, otras veces el nivel de azúcares no es adecuado para este tipo de patología. El contenido final de azúcares es dependiente del valor inicial en la planta y del proceso de cultivo, recogida y producción, por lo que como en el caso anterior, el henolaje debe ser analizado para saber su contenido exacto si el fabricante no puede proporcionárnoslo.
– Es un forraje más digestible debido a su menor contenido en fibra y mayor fermentabilidad de esta. Este mismo factor, hace que en general el henolaje sea más calórico, alrededor de un 30 % más en relación a un heno medio, por lo que deberá tenerse en cuenta cuando se use para caballos con un índice de masa corporal elevado o con tendencia a engordar fácilmente ya que en este caso sería una desventaja.
– Por su alta digestibilidad, es adecuado para caballos mayores o aquellos a los que les cuesta engordar.
– Permite disponer de un forraje de calidad en temporadas en las que el heno es de baja calidad o escasea.
Inconvenientes
– El almacenaje y la manipulación deben realizarse con sumo cuidado. Si en algún momento del proceso de fermentación o de almacenaje, el polietileno de protección se rompe debido a la manipulación o por el picoteo de las aves, el oxígeno entra y la fermentación se detiene pudiendo afectar a varias áreas o a la totalidad del producto, dando origen a la proliferación de hongos y bacterias. Estos hongos y bacterias liberan toxinas que pueden comprometer la salud de nuestro caballo, en ocasiones seriamente.
– El proceso de fermentación deber estar estrechamente controlado. Henolajes cuya humedad inicial no es suficiente o es por el contrario demasiado elevada o cuya cantidad de azúcares no permiten que la fermentación se mantenga el tiempo suficiente bajo un pH ácido, pueden dar lugar del mismo modo a la proliferación de bacterias y hongos, siendo la más peligrosa, la toxina botulínica (Clostridium Botulinum).
Esta bacteria se encuentra presente en el suelo y es incorporada en el proceso de empacado. Se desarrolla en ambientes cálidos, sin oxígeno y con un pH por encima de 5, lo que hace al henolaje por su forma de producción, especialmente susceptible de desarrollarla si los procesos de fabricación no son respetados escrupulosamente. Aunque no es una incidencia frecuente, sí existen cada año algunos casos de intoxicación por Clostridium Botulinum, sus efectos son potencialmente mortales debido a la alta neurotoxicidad de la bacteria y a que los caballos son especialmente sensibles a ella, necesitando exposiciones menores de esta toxina para producir desenlaces fatales.
Existe en el mercado una vacuna para evitar los efectos por contaminación de Clostridium Botulinum, sin embargo está disponible en pocos países y el precio es desorbitado.
– Debido a la acidez del forraje, se baraja la idea de que podría no ser adecuado el suministro en altas cantidades para caballos con úlceras gástricas o una microbiota pobre, aunque no hay estudios que fundamenten esta idea ni en un sentido, ni en otro.
– Una vez abierto el paquete, debe consumirse rápidamente en los días posteriores. Esto dependerá mucho de la humedad presente en el henolaje y las condiciones ambientales externas, pudiendo ser necesario el consumo entre los 3 y 5 días siguientes a su apertura.
– Se trata de un forraje caro, si lo comparamos con el heno, su precio puede llegar a ser entre dos y tres veces más elevado.
Cómo debe ser y oler un henolaje de calidad
– Un henolaje de buena calidad, debe estar templado al tacto pero no caliente cuando abrimos el embalaje y no debe tener áreas más calientes que otras.
– Deber ser de un color dorado intenso.
– Debe ser suave y limpio al tacto. Puede estar algo pegajoso, esto es normal por la fermentación de los azúcares, sin embargo demasiado pegajoso no es una característica deseable.
– Deber oler fresco, ligeramente dulce.
Cómo NO debe ser ni oler un henolaje de calidad
– No debe tener áreas oscuras ni apelmazamientos. Unos cuantos tallos y hojas más oscuras es normal, pero un exceso puede significar una fermentación demasiado elevada con la consecuente pérdida de digestibilidad de la proteína.
– No deber presentar áreas de color marrón oscuro por sobrecrecimiento de hongos, ni blancas por el desarrollo de levaduras. Esto indica una alteración en el proceso de fermentación.
– Olores pútridos pueden indicar un exceso de ácido butírico por la proliferación de Clostridium Botulinum, aunque esta bacteria puede estar presente sin producirse una distinción en el olor.
– Olores a vinagre o a frutas indican un exceso de ácido acético y levaduras debido a una fermentación defectuosa.
Evaluación sobre el consumo y producción del henolaje
El henolaje es un forraje producido principalmente en países o áreas donde las condiciones climáticas, no hacen favorable la producción de heno, debido a que las precipitaciones no permiten un secado adecuado y se corre el riesgo de echar a perder la cosecha. En España, salvo en el norte, no tenemos este problema puesto que las condiciones climáticas nos permiten realizar henos de calidad.
Otros factores determinantes para la producción de henolaje vienen motivados por la facilidad de disponer de un forraje nutritivo cuando las estaciones no permiten un pasto suficiente, o cuando por el contrario, es necesario recurrir a este proceso para poder aprovechar el exceso de pastos.
Se debe tener en cuenta que ningún factor es decisivo para el consumo o el descarte del henolaje como producto superior o inferior y que todos ellos deben ser valorados para cada caso particular ajustando la dieta de una forma equilibrada.
Es recomendable consumir henolajes de productores que entiendan el proceso y lo respeten para poder dar las máximas garantías sanitarias. Del mismo modo, el consumidor debe ser informado del manejo y periodos de consumo.