Cuando eliges un forraje tienes que tener en cuenta varios detalles. Quizás lo primero es saber qué forraje está disponible en tu zona. En el estado de Washington se produce un forraje espectacular, pero francamente, si no está fácilmente disponible y a un precio asequible, no es una solución.
¿Cuáles son los forrajes más usuales en España?
Se encuentra un heno de prado muy bueno en las zonas de Segovia, Galicia, Palencia, Asturias, Cantabria y País Vasco. En Andalucía hay heno de avena, heno de teff y alfalfa en rama. En Barcelona y la costa Mediterránea hay un poco de todo.
El precio del forraje varía según la zona, de quién lo compra y su disponibilidad. La falta de lluvia este otoño ha reducido de manera importante la producción de heno así que podemos esperar un aumento en precios y una falta de disponibilidad en algunos casos.
También se comercializa henolaje (heno empaquetado en un sistema anaeróbico) a nivel nacional, pero el coste es prohibitivo si lo usas como única fuente de fibra. Sí puede servir para mezclar con tu heno y aumentar así el nivel energético y mejorar la digestibilidad.
Creo que es interesante mencionar que los concursos internacionales y torneos de polo actualmente traen unos 4000 caballos a España durante varios meses. Esto significa un aporte económico importante, pero estos caballos consumen cantidades importantes de heno y es una de las razones a las que se atribuye la tendencia del aumento del precio del heno en España.
Pero sea cual sea la razón detrás de las variaciones en el precio del heno, hay que recalcar que todos los forrajes son siempre más baratos que los piensos. Así que la base de fibra en la dieta del caballo, que a estas alturas sabemos de sobra que es lo más importante para la salud de nuestro caballo, también es el alimento más barato.
O sea, si seguimos la regla de aportar entre el 1,2% al 1,5% del peso vivo del caballo en fibra, garantizamos una flora intestinal estable y una base de la nutrición correcta.
¿Qué forraje elegimos?
El forraje base que queremos debe contener un nivel de proteínas de entre el 6% al 9% y tener un nivel de digestibilidad (fibra) de entre el 32% a un máximo del 40% para asegurar esa flora intestinal tan importante. La única manera de saber cómo es el forraje que tienes es analizarlo. Hay que acostumbrarse a analizar las partidas de heno cuando entran en la cuadra.
El heno de avena, a veces conocido como avenata en algunas zonas, si está cortado antes de la semillación y curado de manera limpia, puede tener un nivel adecuado de proteína y fibra. Ese nivel nutritivo también puede aportarlo el heno de prado o el heno de teff. O sea, no es tan importante el tipo de heno, sino cómo se ha cortado.
Todos los forrajes curados pierden cualidades nutritivas a partir de los 6 meses de almacenaje. Hay que tener esto en cuenta cuando ajustamos las raciones en la primavera.
Si tienes acceso a alfalfa en rama, puedes aumentar el nivel de proteína y calcio de calidad en la dieta. Además, la alfalfa tiene un pH base, consiguiendo reducir el riesgo de desarrollo de úlceras gástricas. No nos interesa utilizar la alfalfa como la base del forraje, pero sí nos sirve como una parte de la ración. Añadir de 2 a 3 Kg al día de alfalfa es una manera muy práctica de enriquecer la dieta.
Hay algunos caballos que no toleran la paja como forraje. Estos individuos necesitan henos más digestibles.
Como siempre, “lo mejor” puede significar diferentes cosas según los diferentes caballos. Hay que buscar la información y luego aplicarla según tu situación.