Los caballos se alimentan, principalmente, de pasto, heno y pienso, aunque es recomendable darles cantidades pequeñas de comida varias veces al día, debido a que tienen un sistema digestivo delicado y un estómago pequeño que no les permite procesar grandes cantidades de alimento de una vez.
El heno es uno de los alimentos básicos de los caballos domésticos y es importante mojarlo antes de suministrarlo a los animales, como medida de precaución. También se pueden apartar los copos y agitarlo bien. De esta manera, no quedará compacto y se evitarán enfermedades respiratorias que puedan surgir de alergias.
Es imprescindible que sea verde y no tenga polvo ni moho y que no esté caliente en su interior. Darle heno mohoso puede provocar cólicos al caballo y, de estar polvoriento, les puede causar problemas respiratorios.