También conocida como disfunción intermedia de la pituitaria o PPID, la enfermedad de Cushing es una disfunción de la glándula pituitaria y es más común en caballos mayores (18 – 23 años). Debido a que a veces se asocia con resistencia a la insulina, los síntomas de Cushing se pueden confundir con otra afección llamada síndrome metabólico equino.
La enfermedad de Cushing se origina dentro del cerebro. En el cerebro de un caballo normal, la porción de hipotálamo libera un neurotransmisor llamado dopamina que ayuda a regular la liberación de una variedad de hormonas de la glándula pituitaria que se encuentra en la base del cerebro. Una de estas hormonas, la ACTH (hormona adrenocorticotrópica), estimula la liberación de cortisol (la hormona del estrés del cuerpo) de las glándulas suprarrenales.
La enfermedad de Cushing equina, se debe a la hiperplasia (agrandamiento debido a un mayor número de células) de la porción «intermedia» de la glándula pituitaria. La glándula pituitaria en un caballo con PPID puede agrandarse hasta cinco veces el tamaño normal. Históricamente, se creía que cuando la glándula pituitaria se agrandaba, ejercía presión sobre el hipotálamo y provocaba una reducción en la cantidad de dopamina liberada. Actual se cree que el problema está principalmente en el hipotálamo.
En cualquier caso los signos de la enfermedad de Cushing se atribuyen al aumento de los niveles de cortisol.
Los sintomas del Cushing incluyen:
- Hipertricosis (pelo largo y rizado)
- Cambio en la conformación del cuerpo (desgaste muscular y abdomen redondeado o «barriga»)
- Disminución del rendimiento atlético
- Cambio de actitud / letargo
- Depósitos de grasa, especialmente a lo largo de la cresta del cuello y sobre la cabeza de la cola
- Laminitis
- Aumento de la bebida y la micción
- Infecciones recurrentes
- Sudoración anormal
- Ausencia del ciclo reproductivo / infertilidad
- Déficit neurológico / ceguera
¿Crees que tu caballo sufre la enfermedad del cushing?
Hay varias pruebas disponibles para diagnosticar la enfermedad de Cushing, pero ninguna es muy sensible cuando la enfermedad se está desarrollando. Sin embargo, los investigadores creen que la detección temprana y el inicio del tratamiento pueden ser importantes para retrasar la progresión de la enfermedad, posiblemente evitando un episodio de laminitis. Si tu caballo empieza a mostrar síntomas pero las pruebas tempranas son negativas, considera repetir la prueba anualmente, al menos hasta que estén disponibles pruebas más sensibles. Si descubres que tu caballo tiene resistencia a la insulina, su riesgo de desarrollar Cushing en el futuro es aún mayor, por lo que deberás prestar más atención.
Tratamiento
Además del tratamiento con medicamentos, unos simples ajustes en los cuidados pueden ayudar a mantener a un caballo PPID saludable y cómodo:
- Dieta: Una dieta baja en carbohidratos / alta en grasas puede ayudar a contrarrestar los efectos de la pérdida muscular al tiempo que reduce el riesgo de resistencia a la insulina, un síndrome relacionado que puede ocurrir en algunos caballos PPID. Consulte con su veterinario o nutricionista equino sobre los beneficios de eliminar el grano y reemplazarlo con pellets, un pienso para caballos mayores con bajo contenido de carbohidratos o pulpa de remolacha sin melaza. Además, limite el acceso del caballo a pastos exuberantes; Los henos de hierba son una opción más segura que las leguminosas (trébol, alfalfa) porque contienen menos carbohidratos.
- Control de parásitos: Debido a que su sistema inmunológico está comprometido, los caballos PPID son extremadamente susceptibles a los parásitos internos. Habla con tu veterinario para que prepare un programa óptimo de desparasitación.
- El cuidado dental: El PPID aumenta el riesgo de padecer enfermedades periodontales e infecciones sinusales, por lo que se recomiendan chequeos dentales frecuentes.
- Podólogo: Los abscesos y la laminitis ocurren con más frecuencia en caballos PPID, lo que hace que las visitas regulares de tu herrero / podólogo sean vitales.
Es importante recordar que hay muchos caballos y ponis que viven muchos años con la enfermedad y pueden llevar una vida activa y feliz sin problema.