Un estudio realizado por la Universidad de Arizona, descubre un método que parece infalible para tranquilizarlos: darles a oler el aroma de la lavanda. Los investigadores descubrieron que con este procedimiento el ritmo cardíaco de los animales disminuía.
Para llegar a esta conclusión, realizaron un experimento con caballos de diferentes razas equinas y edades. A todos ellos les dieron a oler diversos aromas, entre ellos el de la lavanda, mientras monitorizaban lo que se conoce como la variabilidad del ritmo cardíaco. Y observaron entonces que uno de sus parámetros, conocido como RMSSD, y que está vinculado con los estados de relajación, se incrementaba cuando respiraban el olor a lavanda.
Los investigadores también observaron que para lograr ese efecto bastaba con aplicar unas gotas de aceite con aroma a lavanda en la palma de la mano, y pasarla durante unos segundos por el hocico del animal.
Fuente: quo.es