Las grietas en el casco pueden ser de muchos tipos, situarse en la parte inferior o exterior, progresar hacia arriba o avanzar hacia abajo… No debemos alarmarnos ante cualquier grieta, pero sí es importante hacerle un seguimiento, ya que puede ser consecuencia de otro problema de salud o derivar en un daño más grave para el caballo.
Aquellas grietas que empiezan en la parte superior del pie se deben a alteraciones en el crecimiento por lesiones en la corona, como cortes o pinchazos. En cambio, las que empiezan en la superficie plantar de la muralla del casco se suelen deber a la sequedad o a un recorte inadecuado que hacen que el casco se rompa cuando hay un impacto. Las grietas de talón normalmente aparecen cuando el caballo pisa o da coces a objetos puntiagudos que arrancan la parte trasera de la muralla.
Las grietas son claramente visibles y, según su profundidad y gravedad, debemos tratarlas de una forma u otra. Sobre todo cuando sangra o si el caballo cojea, será importante contar con la visita de un profesional veterinario y/o podólogo para evitar complicaciones de la lesión. De todos modos, la mayoría de tratamientos consisten en un recorte adecuado y en herrajes especiales para reducir que avance.