La ranilla
En los años de estudio sobre el pie equino, hemos visto la importancia que tiene la ranilla para valorar y determinar con exactitud, dónde se encuentra la carga o peso en el casco del caballo en cada momento en sentido latero-medial. Esta estructura, dada la gran flexibilidad que posee, en el momento que se produce un traslado de peso o carga en el casco, modifica su posición al instante.
El método «Equilibrium», ha conseguido establecer un sistema de medición, rápido y sencillo. Con una simple regla, basada en factores anatómicos presentes en la ranilla, podemos valorar y determinar, si el casco se encuentra bien equilibrado latero-medialmente, siempre respondiendo a las necesidades o conformación de cada extremidad.
¿Que es la parte medial y lateral del casco?
Mirando el casco de frente y trazando una línea vertical por la mitad dividiéndolo en dos partes (foto 1), la parte del casco que queda hacia adentro del caballo es denominada «medial» y la parte del casco que queda hacia afuera del caballo es denominada «lateral». El equilibrio latero-medial adecuado, es cuando el peso o carga que ejerce el cuerpo del caballo en el casco, es repartido en las dos mitades (medial y lateral), de una forma equitativa respondiendo a la conformación del caballo o las necesidades que demande en ese momento.
Este sistema de medición, permite al podólogo comprobar antes del recorte, donde se encuentra el peso en el casco en cada momento, y más importante aún, si después de haber realizado el recorte, éste ha sido correcto en sentido latero-medial, manifestándose, al instante que el casco tome contacto con el suelo y se produzca un traslado del peso o carga en el casco, una alineación perfecta de los factores anatómicos que contemplamos de esta estructura.
Los factores anatómicos en los que basamos nuestra medición, son la línea que conforma la unión de los bulbos, vértice del surco central de la ranilla y el ápice de la misma. En las ocasiones que aparezca en el casco la crena «marginis», ésta también formará parte de la medición.
Las fotos 2 y 3, muestran un antes y un después del recorte del casco. Antes de ser recortado, los factores anatómicos que contemplamos para la medición no se alinean correctamente, determinando que existe desequilibrio latero-medial, presentándose el ápice de la ranilla y la crena «marginis» por debajo de la regla, indicando que la carga o peso del caballo en el casco, se encuentra de más en este lado del casco. Inmediatamente después de ser recortado y el casco toma contacto con el suelo, se presenta una alineación perfecta de los factores, determinando que el casco ahora posee un equilibrado latero-medial correcto. Las flechas indican donde se ubican los factores anatómicos para la medición: La amarilla, la unión de los bulbos. La verde, el vértice del surco central de la ranilla. Azul, el ápice o punta de la ranilla. Roja, la crena «marginis».
Cabe destacar que este concepto a la hora de recortar el casco, se basa en la lectura o información individualizada de cada casco, manifestándose en la palma factores anatómicos, que indican por donde el casco quiere ser recortado en ese momento, independientemente de la situación o estado en la que se encuentre, cubriendo así las necesidades que el caballo está demandando. Recortando el casco por donde estos factores indican, la alineación de los factores de la ranilla se presenta al instante en el 100% de los casos.
La parte posterior del casco es la que más capacidad de distorsión y flexibilidad posee (foto 4). Los bulbos, talones y ranilla, pueden desarrollar un movimiento en sentido vertical por independiente, actuando como estabilizadores y compensando de la mejor manera posible los defectos de conformación, patologías que provengan del cuerpo del caballo, irregularidades del suelo (pisar una piedra sólo uno de los talones), o recortes inadecuados en contra de las necesidades del caballo.
Este mecanismo evolutivo del casco, permite que las articulaciones, sobre todo las más bajas (distales) de la extremidad, desarrollen adecuadamente sus funciones, dado que estas son planas. Sin este mecanismo evolutivo, estas articulaciones actuarían como rótulas, provocando efectos muy negativos en el aparato músculo-esquelético del caballo en todo su conjunto.
Este movimiento vertical produce que cuando hay un exceso de presión en uno de los lados del casco (foto 5), el bulbo-talón-ranilla presionado (flecha amarilla), tenga un desplazamiento ascendente-diagonal hacia el mismo lado donde se presente el exceso de presión (flecha azul), produciendo que la línea que conforma la unión de los bulbos se desplace hacia el mismo lado donde recibe mayor presión (línea verde, una paralela a esta línea), el surco central de la ranilla se desplace hacia el lado contrario de donde recibe el exceso de presión. Ambos lados de la ranilla (líneas rojas), presentaran diferencias de alturas produciéndose en el lado opuesto a la presión, un efecto de rotación (flecha negra).
Otra característica importante que se consigue con la información que nos muestra la ranilla, es que la alineación que presentan los factores anatómicos de esta, llevada hasta la lumbre del casco, indican exactamente cuál es el centro del casco. Muy apropiado para cuando se coloca algún tipo de protección podal, y su colocación sea adecuada, bien sean herraduras de (metal, aluminio, plásticas), botas, etc. Cuando colocamos alguna protección podal no teniendo en cuenta el centro del casco, dependiendo de qué material se use y su colocación, podríamos estar generando un mal reparto de peso o carga en el casco, procurando palancas excesivas o faltas de soporte en las áreas del perímetro palmar que se vean comprometidas.
Son muchas las causas que pueden provocar que los caballos se vean envueltos en luchas de compensaciones corporales, y estas vayan en contra de la conformación y necesidades de dicho caballo (contracturas musculares, sillas inapropiadas, recortes incorrectos, etc.). Estas causas pueden dar lugar, a que si hacemos valoraciones y recortes en base a la información que nos indican las inclinaciones o ángulos de las paredes del casco, podamos estar recortando el casco inadecuadamente (dado que estas no modifican sus ángulos al instante), comprometiendo el desarrollo adecuado, o anulando las posibles defensas que el casco ha desarrollado para cubrir las necesidades corporales que el caballo demanda en cada momento.