Crear un entorno para que el caballo viva de una forma lo más parecida a su estado natural y que al mismo tiempo pueda convivir con nosotros
En el transcurso del tiempo, el ser humano va entendiendo que parte de los sistemas que se han ido utilizando con el caballo son obsoletos. Los estudios realizados sobre el comportamiento del caballo salvaje en comparación con el caballo domèstico, demuestran que sus problemas son consecuencia de haberlo alejado de su entorno natural. Aquí es donde surge la idea de crearle una simulación de este entorno.
Es por eso que, en 2007 Jamie Jackson, experto en caballos salvajes, demuestra que el salvaje vive más años que el doméstico, no tiene problemas en los cascos, cólicos o trastornos alimenticios y decide asentar las bases necesarias para llevar a cabo esa simulación.
Según las investigaciones y estudios de Jamie Jackson, las manadas de caballos salvajes viajan por rutas ya conocidas llamadas“tracks” por las que se desplazan en manada de un sitio a otro en busca de forraje, agua, lugares para revolcarse, y otras actividades esenciales para su biología y supervivencia.
En el paddock paradise se intenta reproducir lo que motiva a un caballo a moverse en la naturaleza. Hay que primar que sea en un entorno natural, con obstáculos naturales que se puede ir encontrando a lo largo del día, buscaremos siempre que sea en un espacio grande, para que el animal, no sienta encierro en ningún momento. Los caballos salvajes son animales nómadas que andan varios kilómetros diarios, por lo cual al confinarlos vamos en contra de su naturaleza. Es importante tenerlos en manada para que ellos establezcan sus jerarquías y aprendan a relacionarse. A los potros y caballos jóvenes les servirá de educación. Nadie mejor que una manada, podrá enseñarle a un potro que no puede invadir el espacio a otro, ni perderle el respeto.
Esquema del paddock paradise
En estas bases Jamie Jackson propone un paddock de cierta envergadura, el cual no será diáfano. Tendrá un track (recorrido delimitado dentro del paddock que simula los “caminitos” marcados que dejan los caballos salvajes) por el cual el caballo tendrá que recorrer los kilómetros necesarios para buscar alimentación, bebida, refugio y cualquier tipo de necesidad que pueda tener el animal a lo largo del día. Intentaremos siempre poner los puntos de agua y de forraje con distancia considerable entre ellos para estimular ese movimiento. Entre medio pondremos puntos de sal para que ellos adquieran las sales minerales que necesitan. Y buscaremos, tanto cambios de terreno como desniveles, con el propósito de que trabajen diferentes partes del cuerpo.
El elemento básico del sistema de Paddock Paradise es que se proporcione la “alimentación razonablemente natural” en forma de hierba seca a libre discreción. Dependiendo del lugar de residencia, la mejor manera de suministrar la hierba seca es en varias áreas designadas para comer a lo largo del “track”, en forma de pequeños montoncitos o instalándola dentro de redes de consumición lenta estratégicamente instaladas (estaciones de alimentación). Las redes ayudan a evitar que se malgaste la hierba seca por la fuerza del viento, a que se mezcle con el barro o a que se estropee por la orina o los excrementos. El barro es definitivamente uno de los elementos más frustrantes para los propietarios de los caballos en climas húmedos. Vale la pena instalar caminos de tierra o base de carretera para mantener el “track” seco y bien drenado.
Al tener unas instalaciones con estas características también conseguiremos evitar que caballos con poca actividad, jubilados o que por cualquier otro motivo no realicen mucho trabajo caigan en el sedentarismo, lo cual les acabaría llevando a la atrofia muscular.
El paddock paradise es aconsejable para cualquier tipo de caballo, independientemente de la actividad que realice. Su adaptación hay que hacerla de manera continuada y no transitoria.
En el trabajo, tanto montado como pie a tierra lo encontraremos más relajado, centrado y colaborador.