Durante toda su vida, la reina Isabel fue una apasionada de los caballos. Era una amante del mundo ecuestre y había tenido y montado caballos desde pequeña.
De hecho, la reina comenzó a montar a caballo cuando sólo tenía tres años. Pronto se convirtió en una amazona consumada que solía montar en las ceremonias reales, además de en sus ratos de ocio.
Además de montar, también era una apasionada de la cría caballar y propietaria de varios caballos de carreras.
1. El primer caballo de la Reina Isabel fue un pony Shetland
Su nombre era Peggy. Peggy fue un regalo que recibió la Reina Isabel cuando tenía 4 años como regalo de cumpleaños de su abuelo, el rey Jorge V.
Tras su primer pony, la reina continuó montando. Hizo su debut como princesa a caballo, en la ceremonia anual «Trooping the Colour», en un caballo llamado Tommy. Durante las ceremonias montaba a la amazona.
De 1969 a 1986, la reina montaba un caballo birmano en las ceremonias reales. Su nombre era Burmese, era una yegua negra que fue un regalo de la Real Policía Montada de Canadá.
Además de ir montada en las ceremonias, la Reina también montaba en su tiempo libre. Hasta hace muy poco se la veía a menudo montando sus ponis Dales dentro de los terrenos del Castillo de Windsor.
2. La Reina Isabel crió ponis Shetland, Fell y Escocés.
La Reina Isabel fue una gran defensora de las razas de ponis nativas de Gran Bretaña.
Su programa de cría de ponis Shetland se encuentra en Balmoral, Escocia, junto con los ponis de las Tierras Altas Escocesas. Su programa de cría de ponis Fell está en Hampton Court.
Estos programas de reproducción buscan preservar las líneas de sangre tradicionales en estas razas nativas británicas, asegurándose de que se conserven y mejoren. También fue patrocinadora de las Sociedades de Pony Fell y Highland.
3. La Reina Isabel críaba y era propietaria de varios caballos de carreras
La Reina era una ávida fanática de las carreras de purasangres. Después de que su padre, el rey Jorge VI, falleciera, ella heredó la ganadería de caballo de carreras.
El programa de cría de purasangres de la Reina se encuentra en Los Establos Reales en Sandringham. De hecho a la Reina le gustaba visitar asiduamente las cuadras para supervisar la cría de sus caballos purasangre.
4. Su hija fue la primera mujer de la realeza en competir en los Juegos Olímpicos.
La Reina Isabel no es la única amante de caballos en su familia. De hecho su hija, la princesa Ana, y su nieta, Zara Tindall, siguieron sus pasos.
La princesa Ana compitió en los Juegos Olímpicos de 1976 montando a un caballo de su madre llamado Goodwill en la modalidad de concurso completo. Aunque no obtuvo medalla en los juegos, sí ganó la medalla de oro en el Campeonato de Europa en 1971 y dos medallas de plata en 1975 en la misma disciplina.
La nieta de la Reina, Zara Tindall, también es una amazona de competición. Zara ha ganado una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2012 en concurso completo, y varias medallas de oro y plata en el Campeonato Europeo.
El difunto esposo de la Reina, y sus nietos William y Harry, también tienen amplia experiencia en el mundo del polo.
5. Su sitio favorito para visitar cuando va a Estados Unidos es Kentucky
Kentucky es el Estado por excelencia de los purasangres.
Mientras estaba en Kentucky a la Reina le gustaba mucho reunirse con otros amantes de los caballos. Las conversaciones casi siempre se centraban en las carreras de purasangre cuando visitaba el estado de Bluegrass.
6. Asistía regularmente al Royal Windsor Show.
La Reina Isabel acudía al famoso «Royal Windsor Horse SHow», considerado uno de los shows de caballos más grandes del mundo.
Presentó muchos de sus caballos y ponis en este espectáculo a lo largo de los años. Incluso ganó las categorías de Pony y Dogcart en el primer año del programa. Su difunto esposo fue un competidor habitual en el Gran Premio Internacional hasta que se retiró en 2003.
Fuente: HorseyHooves