En 1894 tuvo lugar la conocida como «gran crisis del estiércol de caballo». El gran problema que se presentaba entonces, hace unos 125 años, era el control y manejo de las enormes cantidades de estiércol de caballo que quedaban en las ciudades.
El término «gran crisis de estiércol de caballo de 1894« viene de una supuesta publicación de 1894 en el periódico The Times , que decía «En 50 años, todas las calles de Londres estarán enterradas bajo nueve pies de estiércol». El razonamiento era que se necesitaban más caballos para eliminar el estiércol, pero claro, estos caballos producían más estiércol.
En 1898 se organizó una conferencia de planificación urbana con la intención de encontrar una solución, pero parece ser que al 3er día, debido a la imposibilidad de encontrar una respuesta a dicho problema, la conferencia se disolvió antes de su finalización. No se han encontrado tales declaraciones en el Times, ni el resultado de la conferencia, pero en 1893, hubo en Londres una queja de que el estiércol de caballo, anteriormente un bien económico que podía venderse, se había convertido en un problema de eliminación y por lo tanto un mal económico. Si bien es cierto que durante gran parte de la historia el estiércol ha tenido un gran valor, ya que servía para alimentar al campo y hacerlo así más productivo, los fertilizantes químicos habían empezado a desplazar al producto natural. Dicho de otro modo, el estiércol ya no tenía tanto salida comercial como abono.
El problema de la retirada de las montañas de estiércol en las calles finalmente se resolvió en el momento que empezaron a circular automóviles que reemplazaron a los caballos como medio de transporte en las grandes ciudades.
Actualmente el término «gran crisis del estiércol de caballo de 1894» se usa a menudo para nombrar un problema que parece imposible de resolver porque se mira desde el ángulo equivocado. Así que la supuesta crisis ha tomado vida como una analogía útil.