Caprilli nació en Italia el 7 de abril de 1868, a los 18 años ingreso en la Escuela Militar de Módena al norte de Italia. Murió con tan solo 39 años en 1.907. Fue el primero en rebasar obstáculos de salto de más de dos metros de altura, llegando a los 2,08 metros en Turín en el año 1.902 en una competición militar en la que participaba Italia, Rusia, Alemania y Austria. En ese concurso tuvo la oportunidad de demostrar sus novedosos principios ecuestres.
Revolucionó la equitación a principios del siglo XX, con el asiento ligero, creando el “estilo caprilliano”. Considerado un genio, descubrió lo que hoy no podemos ver de otra manera, el jinete en salto debe apoyarse en los estribos y colocar el tronco al igual que el caballo utiliza su contrapeso de la cabeza y cuello, adaptándose al equilibrio y al movimiento natural del caballo, en definitiva montar a favor del caballo. Es un cambio drástico en la posición del jinete sobre el caballo en el salto que antes a nadie se le había ocurrido.
Estuvo en la Escuela de Caballería de Pinerolo. La rigidez y la severidad de los militares jugaron en contra de las ideas de este hombre. Considerado indisciplinado, hacía poco caso a los profesores, practicaba técnicas propias llegando a crear un estilo propio. Observó al caballo saltando en libertad y montado, recogiendo mucha información y se dio cuenta de que ante un obstáculo el jinete tenía que dejar libre el cuello del caballo para que basculara. Era defensor del trabajo y enseñanza del caballo en el campo con obstáculos naturales permitiendo al caballo que estirase el cuello y la cabeza para que encontrase su equilibrio natural y enseñándolo así a cumplir su función en la caballería que era el de superar cualquier impedimento del terrero.
Buscó el bienestar del caballo y en sus clases impartía sus conocimientos novedosos a alumnos incondicionales. Estaba en contra del castigo físico hacia el caballo y buscaba un adiestramiento con ausencia de dolor. En la doma de potros no entraba en «la lucha del hombre contra el caballo», convirtiendo a los más indomables en caballos equilibrados, asentados y colaboradores.
Dejaba que los caballos maduraran física y psíquicamente de forma natural antes de adiestrarlos, sin importarle la edad de inicio de estos.
Antes de que Caprilli descubriera este método revolucionario, los saltos se realizaban con el jinete sentado sobre el dorso del animal poniendo la espalda inclinada hacia atrás. El método Caprilli revolucionó el salto, gestionaba el obstáculo montando con estribos cortos, el jinete levantado sobre la montura y acompañando hacia delante al caballo. Como en otras tantas ideas revolucionarias el método de este innovador tuvo muchos detractores. Muchos oficiales enseñados por Caprilli fueron sancionados por montar con este nuevo estilo.
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