La mula o mulo es un animal híbrido estéril, que resulta del cruce entre una yegua y un burro o asno; los burdéganos resultan del cruce entre un caballo y una burra o asna. Si bien tienen algunas características comunes, difieren en otras debido a los genes que no son igual dependiendo de si los reciben del padre o de la madre.
Aunque el término mulo se utilizaba originalmente para referirse a cualquier descendiente de dos especies diferentes, una mula normalmente es más grande, fuerte y fácil de criar que un burdégano. Ambos tienen la cabeza gruesa y corta, las orejas largas, extremidades finas, pezuñas estrechas y pequeñas, melena corta y cola sin pelo en la raíz, pero la mula es más parecido a un equino, por la altura y la forma del cuerpo, del cuello y de la grupa, la uniformidad del pelaje y los dientes. A lo largo de la historia, la mula se ha utilizado como medio de transporte o en la agricultura, por su fuerza y resistencia.
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Tanto las mulas como los burdéganos son casi siempre estériles, debido a que burros y caballos tienen un número de cromosomas diferente (los burros tienen núcleos de 62 cromosomas y los caballos, de 64). Los mulos machos son estériles por un problema en la glándula seminal, pero las hembras pueden generar óvulos fértiles. Así, los óvulos generados con los genes de yegua y burro son estériles, pero en los pocos casos de fertilidad, donde los óvulos se formen solo con el ADN heredado de la yegua o solo con el del asno, las crías suelen ser de bajo peso y débiles.
Entonces, si una mula fértil es cubierta por un caballo, engendrará un potro; y si es cubierta por un burro, un pollino, pero en ningún caso la mula dará a luz un híbrido parecido a ella.