¿Por qué no es bueno montar en exceso un potro antes de los 5 años? La respuesta está en la osificación del caballo: los huesos del potro no completan su proceso de maduración hasta que alcanza dicha edad y, en caso de someter al caballo a mucha presión, sobrecarga o exceso de trabajo, su cuerpo no se desarrollaría de forma correcta y completa.
De ser así, el animal podría acarrear con las consecuencias el resto de su vida y tener muchos problemas de salud y, posiblemente, también de comportamiento. El trabajo y doma del potro debe regirse por la paciencia, la constancia y la progresión y, para conseguirlo, existen muchos ejercicios pie a tierra que pueden llevarse a cabo sin perjudicar el crecimiento del caballo.
En esta ilustración de Caroline Sauvegrain, osteópata equina, se muestran los huesos que están completamente formados al cabo de un año, dos, tres, cuatro y hasta los cinco, cuando el esqueleto del caballo ha completado su desarrollo.