Con el calor intenso, muchos caballos se rascan la cola o la crin y se suele atribuir a las picaduras de mosquitos y otros insectos. Si bien esta situación se produce a menudo y se puede deber a insectos o a la hipersensibilidad a ciertos alimentos o medicamentos, no se debe pasar por alto la dermatitis estival equina. Se trata de esta hipersensibilidad de los caballos a la picadura de algunos insectos, es decir, es la reacción a la mordedura, normalmente, del mosquito del género Culicoides. La picadura produce un picor intenso al caballo, que se rasca hasta causarse daños y heridas en la piel que pueden llegar a ser severos. Para no llegar a este punto, es imprescindible utilizar repelentes y mantener el caballo en las condiciones higiénicas adecuadas, procurando que esté protegido a las horas más propensas a la salida de estos mosquitos (el atardecer).