Es importante mantener la montura, la brida, las botas o botines y el resto del equipo en buenas condiciones. Si es de cuero, puede resecarse e incluso agrietarse, lo que resulta incómodo para el caballo y es peligroso para el jinete, ya que podría llegar a romperse. La limpieza regular del equipo mantiene el material flexible y resistente, además, es una señal de respeto hacia el caballo y nosotros mismos.
Debería limpiarse después de cada uso, si no puede hacerse de forma intensiva, sería bueno pasarle un paño para eliminar el polvo y los restos de tierra, barro, sudor o pelo. Cuando queramos hacerlo más a fondo, sólo hará falta un cubo con agua limpia, jaboncillo especial para cuero (puede adquirirse en cualquier tienda de productos de equitación) y dos esponjas suaves. Con una de ellas enjabonamos el cuero y con la otra lo lavamos y retiramos el jabón.