Con la primavera y la llegada del calor, los caballos mudan el pelo: les cae el de invierno y aparece el de verano, más fino y corto. Además de cepillarles de forma más constante y con la almohaza para ayudarles a cambiar todo el pelo, hay que tener en cuenta que esta situación puede ir acompañada de una bajada de energía. Así, si el caballo está decaído, se puede aumentar ligeramente las raciones de comida e incluir un puñado de granos de lino, por ejemplo, ya que son enérgicos y reconstituyentes.