Si sabemos interpretar correctamente el lenguaje corporal de los caballos, sus expresiones faciales y cómo les influyen ciertas emociones, podemos mejorar la calidad de nuestra relación con ellos, evitando posibles conflictos que se pueden generar. Cuando el caballo no nos entiende puede sentirse confundido y, por ello, huir, mostrar miedo o agresividad. Lo mismo puede ocurrir, aunque con reacciones diferentes, si nosotros no les entendemos a ellos.
El lenguaje corporal son aquellas expresiones de las patas, la cabeza, el cuello y el cuerpo. Observando bien su postura y su cuerpo, el caballo nos dice cuál es su estado emocional y fisiológico. Por ejemplo, si siente dolor, dirigirá su peso hacia el lado contrario y tendrá la cabeza, la cola y las orejas caídas. Si está tenso, dará golpes fuertes, movimientos rápidos y caminará en todas direcciones. Por el contrario, si está tranquilo, sus movimientos serán suaves y relajados.
Los movimientos de las patas, tanto delanteras como traseras, suelen delatar su estado emocional. La cabeza, cola, cuello y las expresiones faciales normalmente acompañan al movimiento corporal para remarcar sus intenciones.