A pesar que los caballos soportan muy bien el frío si han podido dejar crecer gradualmente su pelaje de invierno, es recomendable darles alimentos más calóricos durante esta estación del año, asegurarles agua en todo momento y controlar periódicamente su temperatura corporal, entre otros. Ésta debe estar sobre los 38ºC: si bien las temperaturas bajas no les afectan tanto como a nosotros, sí que son muy sensibles a la lluvia y el viento. Una buena manera de comprobar si tienen frío, es tocándoles detrás de las orejas; si esta zona está fría, seguramente el caballo tendrá la misma sensación.
¿Sabías que… sabemos si tienen frío tocando detrás de las orejas?
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Laura Ventura
Licenciada en periodismo / Master en RRPP y gabinetes de comunicación UAB / Redactora especializada en comunicación ecuestre.