Cuando Eva Cano (Directora de Equisens) y yo hablamos sobre publicar tal o cual artículo, siempre nos guía la misma premisa: debe de hablar sobre caballos, pero no tanto sobre cuán maravillosos son o cómo nos ayudan (aunque a veces sí publicamos en este aspecto); sino sobre ellos, sobre quiénes son, qué son, cómo mejorar su vida, cómo conocerlos y vivirlos mejor.
En esta “línea editorial”, a veces publicamos estudios sobre etología, o artículos sobre veterinaria, o sobre entrenamiento, podología… A mí, que a veces me encargo de buscar artículos novedosos en otros idiomas y traducirlos, o de buscar nuevos colaboradores, he de confesar que me cuesta un poco encontrar novedades o al menos enfoques novedosos sobre ciertos temas.
Aunque bien es cierto que llevo observando el avance de la FEI con respecto al bienestar animal y cada poco se crea un nuevo comité, se flexibiliza cierta norma… y siempre van saliendo pequeñas noticias que celebrar.
Otro dilema con el que nos encontramos a veces, sobre todo en las redes (aunque cada vez menos), es con los acalorados debates sobre maltrato animal.; desde los que se rasgan las vestiduras con los artículos de entrenamiento porque consideran que montar ya de por sí es maltrato; hasta los que se sienten juzgados cuando se habla de la necesidad de movimiento y vida en manada de los caballos
No dudamos y apostamos ciegamente por el buen hacer y la profesionalidad de todos nuestros colaboradores que escriben para Equisens. Pero muchas veces hay que escribir con cuidado, casi con miedo de poner esta foto sí, esta no, esta palabra sí, esta palabra no; para evitar que cierta parte de nuestros lectores haga juicios sumarísimos.
Así no.
Somos una revista de amantes de los caballos para amantes de los caballos donde hay espacio para diferentes corrientes y diferentes opiniones dentro de un marco, y si no nos respetamos entre nosotros, nunca nadie nos tomará en serio. Y esta es una revista seria, muy seria, de gran calidad y una trayectoria que llegará a la década en cuanto nos despistemos un poco.
Para cambiar el mundo no se puede ir contra el mundo. Igual que para enseñar, hay que tratar al otro como a un igual desde el respeto; esto, para los amantes de la etología y la doma natural como yo, les debería de sonar.
Para ir cerrando, quiero explicarlo con una conversación que tuve este verano con uno de mis maestros, Miguel de Gabriel Revilla, Director Técnico del Centro Ecuestre El Pilar de Aldehuela, en Salamanca.
Me decía que le costaba entender cómo yo podía colaborar con sitios donde los caballos no están tratados con el mismo nivel de excelencia y bienestar que yo tengo a mi caballo.
Y yo le dije que si sólo nos juntamos entre los que “supuestamente” pensamos igual, al final terminamos “haciendo guettos”. Y que paradójicamente, las veces que más juzgada me he sentido, no ha sido por el vaquero, sino por la etóloga de turno…
Y aquí la línea editorial de lo que nosotros podemos hacer por los caballos. Allá por donde hemos ido pasando Athos y yo, ha ido habiendo sutiles cambios. De bocados a filetes, aparece algún bitless…, entra el heno para algunos caballos de escuela, herraduras que dejan de hacer falta, boxes que dejan de usarse..
Feliz y ecuestre 2024.