La dentadura del caballo le permite cortar y triturar los alimentos, una función muy importante en el caso del caballo, debido a la alta sensibilidad de su sistema digestivo. La boca tiene dos zonas muy diferenciadas: por un lado, la parte frontal y, por otro, la región molar. Además, la parte inferior es más estrecha que la superior.
Los 36 dientes de un caballo adulto se dividen en dos zonas claramente diferenciadas: los 12 incisivos en la parte frontal y cuatro hileras de 6 piezas dentales formadas por los premolares y molares. Los caballos macho cuentan también con dientes caninos o de lobo, situados en este espacio, aunque no cumplen con ninguna función de masticación.
Revisar y cuidar de la boca del caballo periódicamente es imprescindible para su salud y bienestar, ya que una mala salud dental puede provocarle trastornos alimenticios (puede dejar de comer), una mala digestión que puede acabar en cólicos y estrés, el cual tiene consecuencias nefastas a nivel físico y psicológico.
Algunos de los problemas habituales en la boca del caballo son:
- Dientes deciduos: los dientes de leche no se caen y hacen que los dientes permanentes salgan desviados.
- Mala alineación de la parte frontal: a largo plazo, puede desgastar de forma desigual los incisivos superiores e inferiores.
- Puntas de muelas: al masticar de lado a lado, las muelas se pueden desgastar sólo por un lateral y quedarse en forma de punta y producirle heridas en la boca.