El sueño es fundamental para la vida. La calidad y cantidad del sueño de un caballo afecta directamente a su salud y bienestar. Sin embargo, el sueño rara vez se considera parte del plan de manejo de un caballo. Un nuevo estudio ha encontrado que un mal manejo o problemas físicos pueden hacer que los caballos se vean privados de sueño y corran el riesgo de sufrir lesiones graves.
Aspectos destacados del estudio:
- Los caballos que no se acuestan lo suficiente sufren de falta de sueño y eso les lleva a sufrir colapsos.
- Un estudio que monitoreó a 36 caballos durante 24 horas de sueño, mostró 199 casos de colapso.
- Los caballos que colapsaron tenían un perfil de sueño alterado y muy inquieto. Sus fases de sueño REM fueron más cortas y ocurrieron mientras estaban de pie y, en el 86% de los casos, ocurrieron durante o inmediatamente antes del colapso.
- El número de derrumbes/caidas dependió significativamente de cuánto se había posado el caballo en ese período de tiempo y los caballos que se acostaron mostraron significativamente menos derrumbes.
- Más del 90% de los caballos que colapsaron resultaron heridos en algún momento.
- Se necesita más investigación para identificar los factores que fomentan que el caballo se eche y se prevenga la privación del sueño.
- La falta de sueño no debe confundirse con la narcolepsia, que es un trastorno neurológico crónico muy raro.
El sueño es un estado natural que involucra tanto al cuerpo como a la mente. Si bien aún queda mucho por aprender sobre la compleja función del sueño, casi todas las especies la realizan y es vital para el rendimiento y el bienestar de una persona.
Fisiológicamente, durante el sueño, el individuo entra en un estado de inconsciencia temporal y sus músculos se vuelven inactivos y relajados. En el sentido conductual, el animal buscará un ambiente protegido, adoptará una determinada postura y dejará de responder a los estímulos externos.
Hay tres etapas de sueño fisiológico y los caballos pueden alcanzar las etapas uno (sueño ligero) y dos (ondas lentas o sueño profundo) mientras están de pie. Sin embargo, la tercera etapa, el sueño de movimientos oculares rápidos (REM), ocurre solo mientras el caballo está acostado debido a la relajación muscular completa requerida. Investigaciones anteriores han demostrado que los caballos pueden lograr el sueño REM tanto en decúbito esternal (con la cabeza apoyada en el suelo) como lateral.
Se ha demostrado que los caballos en los establos tienen un tiempo total de sueño regular de tres horas y media por noche. La duración de las diferentes etapas del sueño es relativamente constante. El sueño REM es de unos 30 minutos por noche (15% del tiempo total de sueño) y el sueño de ondas lentas ocupa la mayor parte del tiempo con un 65%. El resto del tiempo total de sueño se dedica a un sueño ligero.
Si los caballos no se acuestan por algún motivo, se produce una deficiencia del sueño REM (privación del sueño acostado). Como resultado, los caballos pueden caer en el sueño REM mientras están de pie, lo que en consecuencia hace que colapsen debido a la relajación muscular asociada. Estos colapsos pueden provocar lesiones graves.
Christine Fuchs y su equipo de científicos de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich, Alemania, se propusieron investigar la privación del sueño en caballos. Presentó sus hallazgos en la 14ª conferencia de la Sociedad Internacional de Ciencias de la Equitación (ISES) en Roma en septiembre.
Para encontrar sujetos para el estudio, el equipo de investigación contactó a través de una revista ecuestre alemana, con propietarios cuyos caballos habían mostrado signos de colapso. 177 encuestados completaron un detallado cuestionario en línea.
El equipo de investigación visitó 36 caballos con colapsos en su entorno familiar y siete caballos sanos del grupo de control. A cada caballo se le realizó un examen clínico, se le observó durante 24 horas y se documentó su manejo, condiciones de estabulación e historiales médicos.
Cada caballo también fue equipado con un laboratorio de sueño móvil para tomar lecturas polisomnográficas durante el período de 24 horas. La polisomnografía es una herramienta de diagnóstico que mide las funciones fisiológicas durante el sueño. Mide simultáneamente varias funciones corporales como la actividad cerebral (electroencefalograma o EEG), los movimientos oculares (electrooculograma o EOG) y el tono muscular (electromiograma o EMG), con lo que se puede determinar la profundidad y la calidad del sueño.
Los resultados del estudio proporcionan información importante
Las principales causas de la falta de sueño acostado fueron por problemas en cuanto al manejo del caballo o a causa de dolor por un problema físico.
El cuestionario que rellenaron los propietarios mostró una correlación significativa entre un cambio en la gestión o el entorno del caballo y sus primeros colapsos.
Un tercio de los caballos visitados no tenían suficiente espacio, de acuerdo con las directrices alemanas para las dimensiones de los boxes.
En la mitad de los caballos visitados, la aparición de colapsos estuvo directamente relacionada con un evento: un cambio en el manejo, por ejemplo, un cambio de cuadra o de condición física, como problemas físicos.
Más del 90% de los caballos estudiados mostraron lesiones después del colapso. Las lesiones se observaron principalmente en las rodillas (72,4%) y los menudillos (68,4%). Además, el 31,0% de los caballos tenían lesiones en la cabeza y el 18,4% tenían lesiones en los corvejones.
Los caballos examinados colapsaron un mínimo de 4 y un máximo de 199 veces durante el período de observación de 24 horas. El número individual de derrumbes dependía significativamente de cuánto había descansado previamente ese caballo.
Los caballos que se acostaron a dormir mostraron significativamente menos colapsos.
Los caballos que colapsaron tenían un perfil de sueño alterado y muy inquieto: pasaron notablemente menos tiempo en el sueño REM en comparación con los que no colapsaron. Sus fases de sueño REM fueron más cortas, ocurrieron mientras estaban de pie y en más del 86% de los casos ocurrieron durante o inmediatamente antes del colapso.
Algunos de los caballos del estudio no solo sufrían problemas físicos sino también psicológicos. Los comportamientos estereotipados como el oso o tragar aire estaban presentes en el 25% de los caballos del cuestionario. De los caballos examinados, ocho demostraron un comportamiento alterado después de que comenzaron sus colapsos: algunos se volvieron apáticos y otros extremadamente ansiosos.
Dos años después de que se realizaron las evaluaciones, siete caballos del estudio fueron sacrificados debido a lesiones o problemas de comportamiento supuestamente causados por la falta de sueño.
Dada la importancia del sueño, está claro que la privación del sueño REM conduce a cambios de comportamiento y los colapsos relacionados pueden causar lesiones graves. El tratamiento debe incluir identificar el motivo por el cual el caballo no se acuesta, tratar cualquier afección médica subyacente y optimizar su entorno y manejo.
Fuente: equitationscience.com