En este artículo queremos compartir un caso real sobre la adaptación de un caballo.Nero, vivió en boxes o paddocks pequeños y no conocía qué era un Natural Paddock ni vivir en una manada estable.
Queremos hacer hincapié en que muchos caballos que parece que nunca podrían vivir como les pertoca, se adaptan, se transforman y lo consiguen. Siempre y cuando el acompañamiento vaya a su favor y se hagan las cosas desde la seguridad, la confianza y el respeto.
Un poco de su historia
Nero llegó al centro acostumbrado a vivir en un mini paddock en semilibertad, herrado de las 4 patas, con mucha energía y con una dieta concreta y racionada.
Inicialmente entró a vivir en un paddock individual, amplio y en semilibertad con posibilidad de relacionarse mínimamente con otros vecinos. Sin cambio en su dieta ni en sus cascos, ahora solo debía adaptarse al nuevo lugar, sin más.
Su carácter era curioso, con poco interés por los demás caballos, con una energía invasiva cuando entrabas a su paddock (que realmente era aburrimiento) y cuando lo sacaban pie a tierra se mostraba demasiado energético, retrotado, con la necesidad de tener que darle cuerda para poder montarlo,…un caso que podría parecer normal en muchos centros…
El acompañamiento es fundamental
Como centro especializado en Natural Paddock y paddocks dinámicos grupales sabemos que los procesos son lentos y, muchas veces, no solo es el caballo el que debe adaptarse y prepararse. A menudo,nos llegan caballos preparados con propietarios que no lo están o a la inversa. Caballos que no están preparados todavía con propietarios que los quieren viviendo en grupo ya.
Nuestra tarea en estos casos es respetar el ritmo. Tanto el de los caballos como el de sus personas. Un acompañamiento desde la lejanía pero con un fuerte sustento de base, donde resolver dudas cuando las hay, enseñar a confiar, respetar los tiempos sin abandonar, acompañar hasta al final, sin saltarse ningún paso…
Llegó el momento
Cuando llegó el día de que Nero formara parte de la manada del Natural Paddock, empezaron las primeras adaptaciones.
La dieta fue adaptándose anteriormente (estuvo un tiempo en el paddock individual y era necesario ajustar su dieta a su nueva vida.) Así que el primer paso que debíamos hacer era quitar las herraduras. Esperamos el momento oportuno que nos indicó nuestro podólogo de confianza para empezar con la adaptación, y así lo hicimos. Cuando el casco estaba en su momento más óptimo para descalzarlo, vino el podólogo e hizo su trabajo. Ahora teníamos a Nero adaptado en dieta y ya descalzo.
Paso a paso, sin prisa pero sin pausa
Cuando descalzas a un caballo por primera vez, lo ideal es dejar el tiempo suficiente para que su casco se acostumbre a trabajar de otro modo. Para que la introducción al grupo del Natural Paddock sea un éxito hay que esperar que los cascos no sean un impedimiento para su nueva vida. El caballo debe sentirse cómodo antes de seguir avanzando en las etapas de transición.
Cuando Nero estuvo preparado, lo trasladamos al paddock de adaptación. Este paddock está situado justo al lado del circuito por donde pasan los caballos del Natural Paddock y tiene como objetivo hacer un primer contacto con los integrantes del grupo de forma segura para todos.
Además, estos primeros contactos nos ayudan a observar y ver quiénes tienen interés por conocerse. Cosa que nos facilita para el siguiente paso.
Primeros vínculos
Ahora es el momento de poner un compañero o varios (cada caso es diferente, hay que adaptarse al tipo de caballo que va a entrar en el grupo).
En el caso de Nero, le pusimos una compañera que inicialmente parecía que sí funcionaría pero acabaron por no crear ningún vínculo…Es importante que los caballos que entran en un nuevo grupo hayan creado anteriormente un vínculo con alguno de ellos…así una vez dentro del grupo les es más fácil adaptarse si tienen un compañero que les guía. Así que decidimos cambiarle la pareja a Nero y esta vez sí que se creó el vínculo que le ayudaría.
En muchos casos, somos los centros especializados los que tenemos que adaptarnos a las necesidades que van saliendo y flexibilizar cada detalle para que la entrada de ese nuevo individuo sea la mejor tanto para él como para el resto de la manada.
Instalaciones adaptadas
Tenemos la suerte de poder adaptar nuestras instalaciones a las necesidades de nuestros caballos. De este modo, a Nero y su nueva amiga les pudimos hacer más grande el paddock de adaptación, utilizando parte del circuito del Natural Paddock sin necesidad de tener que encontrarse con todo el grupo.
Cuando vimos que estaban adaptados al nuevo lugar, decidimos entrar más miembros para que Nero fuera conociendo a más caballos. Entramos un pequeño grupo con ellos y todo avanzó correctamente, sin prisas y sin estrés.
Una vez los miembros estaban en sintonía, decidimos intercambiar la zona del paddock con el otro grupo que Nero aún no conocía. Esto le daba a Nero la oportunidad de conocer todo el circuito de su nuevo hogar, con caballos que ya conocía y que le guiarían para que supiera donde está el agua, la sal, donde pueden encontrar comida, dónde las sombras,etc. Esto permite que el caballo pueda descubrir desde la curiosidad y no desde el estrés. Creando desde un inicio una armonía en el lugar.
Últimas adaptaciones
Una vez el nuevo caballo conoce esa parte del circuito y se siente cómodo y tranquilo, es momento de seguir avanzando. Ahora ya conoce todos los rincones de su nuevo hogar y solo falta por conocer más miembros del grupo.
Así que ahora ya solo hace falta juntar los dos grupos y acabar de conocer a los últimos integrantes. Es importante tener en cuenta que la entrada de un nuevo integrante al grupo remueve a los caballos y deben volver a reordenarse para funcionar socialmente. Así que la adaptación NO acaba en el momento en que todos los caballos están juntos, sino cuando cada uno de ellos ha vuelto a encontrar cuál es su lugar en el grupo y se respira libertad, respeto y armonía de nuevo en ellos.
Fotografía de portada de @carlaequineart