Bent Branderup es considerado uno de los más grandes maestros de equitación de nuestro tiempo. La escuela del arte ecuestre académico, fundada por él (Academic Art of Riding by Bent Branderup), está experimentando actualmente un auge enorme en Europa. En la segunda parte de esta entrevista, Bent explica, entre otras cosas, por qué la doma debería servir al caballo y no el caballo a la doma; y la importancia del trabajo de base para llegar a desarrollar el arte ecuestre.
El arte ecuestre académico se describe a veces como un yoga o un pilates para caballos. ¿Por qué?
Si uno estudia las enseñanzas de Antoine de Pluvinel, dejando aparte el hecho de que estas se refieren a caballos, uno puede pensar que está leyendo sobre el método Feldenkrais. Los contenidos se corresponden, pero Pluvinel murió en 1620. Pluvinel entraba con el caballo entre los pilares, esperaba que se relajara y le pedía un solo movimiento. A continuación, lo liberaba para seguir el trabajo al día siguiente. Cuando el movimiento del caballo empezaba a aproximarse al movimiento correcto, el maestro empezaba a ampliarlo y a combinarlo.
Intenté seguir las enseñanzas de Pluvinel con mi caballo Filur, pero tengo que confesar que tardé tanto en empezar a entender a Pluvinel que mi proyecto ya se encontraba muy avanzado. Entonces, en principio era demasiado tarde, ya había cometido demasiados errores.
La escuela de Pluvinel era una escuela para caballos de reyes, una formación de altísima calidad pensada para los mejores y más selectos caballos de la época. Louis XIII era el rey de una gran nación, tenía que causar una buena impresión cabalgando delante de su ejército o los expertos jinetes pertenecientes a la aristocracia. Por ello, la formación ecuestre estaba basada en unos criterios de calidad tan elevados que hoy en día ni siquiera nos los podemos imaginar.
Qué papel juega en tu opinión la escuela de Baucher?
La práctica moderna de la escuela de Baucher tiene la extraña tendencia de usar métodos que el propio gran maestro ya descartó en su tiempo. La esencia, el summa summarum de Baucher, hay que buscarla en los escritos de los generales Alexis l‘Hotte y Faverot de Kerbrech, dos de sus principales alumnos que han resumido, de forma independiente el uno del otro, la versión final de las enseñanzas del maestro. Los que tomen a Baucher en serio no deberían hacer un mal uso de su nombre considerando como correcta una manera de montar que no lo es en absoluto y confundir una ciencia con un culto. Baucher era una persona impulsada por la curiosidad y realizó experimentos muy interesantes que le llevaron a importantes descubrimientos.
Tú no usas la flexión lateral tan practicada por los seguidores de Baucher. ¿Por qué?
Yo también he hecho experimentos con este método y descubrí bastante tarde que la flexión y la rotación de la caja torácica son dos facetas diferentes de la misma cuestión. Si el movimiento se dirige hacia fuera y hacia abajo no se trata de una incurvación, sino más bien estamos ante un doblaje. Cualquier jinete que haya dado un premio a su caballo estando montado habrá experimentado esta falsa rotación. Cuando el movimiento provoca que el peso del jinete se desplace hacia fuera y hacia abajo, tenemos una flexión incorrecta. En esta circunstancia el posterior interior del caballo no puede remeter correctamente. Nosotros consideramos que la incurvación es la rotación de la caja torácica que se produce como resultado de una rotación de la pelvis y que se transmite a través de la columna vertebral. El remetimiento del posterior interior, el desplazamiento hacia delante de la pelvis interior y la rotación hacia arriba de la parte exterior de la caja torácica tienen que estar conectados.
¿Qué es la reunión?
Si quiero formar un caballo para montar tengo que desarrollar la capacidad portadora de sus posteriores. Si quisiera enseñar a un caballo de tiro me tendría que concentrar, en cambio, en potenciar su capacidad propulsora.
Cuando nos sentamos sobre la caja torácica de un caballo, nuestro peso empuja la caja torácica hacia abajo justo entre los omoplatos. Esto es un problema para el caballo porque carece de una conexión ósea entre la caja torácica y los omoplatos, es decir, le falta la clavícula que tenemos los humanos. Reunir un caballo significa enseñarle a remeter sus posteriores de manera que puedan contrarrestar el hundimiento de la caja torácica entre los omoplatos. Al contrario de lo que muchas personas creen, reunir un caballo no significa hacerle patalear sin moverse de lugar. A menudo observamos caballos que hunden la caja torácica todavía más entre los omoplatos como resultado de ese pataleo. Consideramos que tan solo podemos hablar de reunión cuando se produce un aligeramiento de las espaldas del caballo en el tejido que las conecta con los omoplatos.
¿Un caballo lesionado puede recuperarse si se le deja simplemente en un prado?
A menudo, un caballo joven puede recuperarse descansando en un prado, pero un caballo mayor no recuperará la salud si nos limitamos a dejarlo pastando.
Para mantener la salud de un caballo de monta se necesita una formación correcta. Muchos jinetes montan de manera contraria a la biomecánica del caballo, una experiencia tan estresante para el animal que necesita un período de recuperación después de ser montado. Esta forma de montar daña al caballo físicamente y no es la manera adecuada para desarrollar y mantener sus capacidades físicas. La doma correcta debería ser un programa de fisioterapia para el caballo. La doma tiene que servir al caballo y no el caballo a la doma.
En el arte ecuestre académico no hay competiciones. ¿Estás en contra de estas prácticas deportivas?
No tenemos nada en contra de montar para competir. Pero, lamentablemente, en el mundo de la competición hay tantas ovejas negras que ya no se reconocen como tales y se han convertido en la norma. Sin embargo, sigo pensando que es posible hacerlo bien. El problema no son las competiciones en sí, sino las personas que participan en ellas. Los jueces tienen gran parte de culpa. Si ellos evaluaran las pruebas con criterios diferentes, los jinetes de competición cambiarían su manera de montar. Es así de sencillo.
Nuestra meta, en cambio, es el arte ecuestre. No se trata de exhibir algo. Sin embargo, lo que tiene que practicar el jinete profesional para atraer clientela es precisamente el exhibicionismo. Eso nos lleva a la búsqueda del reconocimiento de los demás, pero, en realidad, un entrenador ecuestre debería buscar la aprobación de los caballos. Si el caballo no nos muestra su aprobación, el reconocimiento de otras personas carece de todo sentido.
¿Cómo se puede convertir la equitación en un arte?
Es importante partir de una buena base de trabajo artesanal. Un buen artesano aprende el manejo de sus herramientas. Las herramientas artesanales de la equitación son el trabajo pie a tierra, trabajo en la cuerda, trabajo en la mano, trabajo con riendas largas, el asiento del jinete, etc. La persona que no domina esto no puede aspirar al título de artesano. El arte no puede desarrollarse sin el dominio de todas las herramientas. Además, el arte depende de emociones.
Un artista solo puede expresar una emoción — ya sea haciéndolo a través de colores o bailando — si experimenta una emoción real. Nuestro medio de expresión son los caballos. Esto significa que integramos en nuestro arte un ser vivo en vez de hacerlo con un piano, pinturas o ceras. Por ello, el arte ecuestre tiene que basarse en las premisas de este ser vivo. Tiene que ser un arte en el que el caballo quiera participar a gusto.
¿Significa eso que tu meta no es realizar un ejercicio a la perfección, sino potenciar la expresión individual del caballo?
Sí, la individualidad de cada caballo es algo que me tiene fascinado y siempre intento hacer brillar los puntos positivos de cada uno de ellos. Es como una pieza de música que podemos interpretar en un violín, una espineta o un piano. Los diferentes instrumentos serían como los diferentes tipos de caballos. Interpretamos temas como el trote o el paso. El trote puede tener más expresión de piaffe o passage. Los ejercicios con espaldas para dentro, travers, reunión, etc. son diferentes maneras de interpretar el aire del trote, siempre respetando los límites físicos y mentales del animal. Entre los elementos de la interpretación contamos con el equilibrio, la soltura, la forma, el tempo, la cadencia y el Schwung.
Y con ello llegamos de nuevo al tema de la educación de nuestra vista.
Pues sí, si por ejemplo no somos capaces de sentir el movimiento de oscilación del lomo, tampoco podemos jugar con él. Lo primero es sentir si el lomo realmente oscila con la cadencia del trote y que el caballo no presente, como es a menudo el caso, un lomo de andadura. En este caso, el caballo tiene el lomo duro y enarcado como un gato y el jinete no debería extrañarse si el paso del caballo se parece más a la andadura, pues ha sido él mismo quien le ha transmitido a la musculatura del caballo durante el trote la cadencia de la andadura y esta no desaparece haciendo una simple transición del trote al paso.
Mirado desde fuera, este trabajo de base no es muy espectacular, ya que el espectador que lo contempla por poco tiempo desconoce el proceso de desarrollo del caballo que puede haber sido muy lento y muy largo. Pero para el entrenador este proceso tiene mucho significado, precisamente porque él ha participado en el mismo. Pero siempre es más importante ver la aprobación en los ojos del caballo que buscar el reconocimiento de los espectadores.
Traducción: Regina Richlin