Tan solo necesitas un par de minutos para determinar si la montura se adapta correctamente a tu caballo. Revisar su dorso es una rutina fácil de seguir y que podemos incorporar al resto de cuidados del animal, ya que los beneficios que comporta con elevados.
En primer lugar, pasa la mano por toda la columna del caballo, colocando los dedos a ambos lados y presionando levemente. ¿Sientes si hay dolor o el caballo se resiste?
Posteriormente y con la montura colocada sobre el caballo, calculamos el espacio de la cruz: deben quedar al menos tres dedos entre la cruz y el puente de la silla de montar y un mínimo de dos dedos a cada lado. Además, tenemos que ver la luz a lo largo del canal de la montura. En la espina dorsal no puede haber ningún tipo de presión.
Seguidamente, calculamos la anchura del canal, deslizando la mano por el costado del caballo hasta encontrar el hueso. La medida que nos quede en los dedos será la adecuada para la anchura del canal de la silla.
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Para colocar la montura sobre el lomo del caballo, ésta tiene que quedar entre la escápula y la última costilla, aunque encontrar estos dos puntos no será siempre fácil por la masa muscular del animal. Para encontrar la última costilla, debemos seguir la dirección del pelo con una mano y trazar una línea imaginaria en diagonal.
Por otro lado, el ángulo del armazón no puede quedar muy apretado: deslizamos la mano del caballo hacia adelante, siguiendo el movimiento de la escápula, y si el armazón choca con esta y le impide moverse con libertad, es que queda demasiado estrecho.
Compartimos este vídeo en el que se explica detalladamente cada uno de los pasos y donde podemos ver claramente los movimientos y comprobaciones que hemos explicado.